POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- Todas las madres tienen al mejor hijo. El más hermoso. El más estudioso y el más solidario. Todo hijo se vanagloria de tener la mejor madre del mundo. Para ellas los más hermosos y merecidos elogios. Queremos para ella lo mejor de lo que la vida nos hadado. Pero, sinceramente, como la mía no creo que haya otra. Mi soporte. Mi orientadora. Mi fanática.
Mi confidente. Mi maestra de vida. Para ella no hay hora, día, mes ni año. Está siempre presente en cada paso, en cada proceso de mi vida. Ella lo es todo y lo es siempre. Esto es solo dejar constancia por escrito del amor que le profeso cada día y cada momento a esa madre que hoy se desvela por las noches, si estoy distante y se preocupa por el día si tardo en comunicarme con ella. A través de ella quiero felicitar a todas esas madres que se entregan cada día a moldear un producto sano, inteligente, familiar, de pensamiento humilde y patriótico. A esas que luchan contra todo y contra todos para hacer que ese fruto de su vientre, se acomode en esta sociedad con los más sanos y honestos pensamientos. Con la más reluciente y acrisolada sonrisa.
Para ti madre querida, mi eterna gratitud por lo que has sido y lo que eres para mí y como ha prolongado ese amor hacia mis hijos y nietos. Orgulloso de ver que a tus 84 años te levantas cada con el espíritu tan alto como la más elevada de nuestras montañas. Con esa energía que desborda y tratas de impregnar a todo el que se aproxima a ti en busca de apoyo u orientación. Solidaria, entregada a tus hermanos, compadres, ahijados y compañeras de siempre. Feliz día de las madres: MAMÁ ELBA.