POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- El próximo domingo 16 octubre el Partido de la Liberación Dominicana(PLD, por un acuerdo interno de su dirección, escogerá mediante una consulta al pueblo y a sus bases sociales el o la candidata presidencial de cara al 2024.
Al margen de los legítimos cuestionamientos jurídicos de que en realidad se trata de unas primarias Internas disfrazadas de consulta, y que la JCE se ha hecho de la vista gorda, lo cierto es que es un hecho PLD escogerá quién lo va a representar en elecciones del 24 a nivel presidencial.
Soy de los que cree que, en paralelo a la escogencia del candidato presidencial, lo que está en juego para el PLD va mucho más allá. Es si va o no a la renovación de su liderazgo, o si por el contrario permanecerá con el liderazgo que lo llevó a perder las elecciones y a estar hoy en un tercer lugar en las últimas encuestas, después de haber sido el partido más poderoso del país por 20 años.
Creo, además, que la única oportunidad que tiene el PLD de reanimarse electoralmente es con Abel Martínez Durán. Cuatro factores claves lo benefician: su Juventud y la idea de la renovación de liderazgo; su excelente gestión en Alcaldía de Santiago; su línea nacionalista y clara defensa del país ante el problema Haití, y por ser el único candidato que podría en primera o segunda vuelta hacer posible una alianza con la Fuerza del Pueblo y su líder Leonel Fernández.
La otra gran prueba del PLD el próximo domingo es hacer un proceso transparente y no cuestionado por fraudes. Otro chanchullo como el de las primarias que impusieron a Gonzalo Castillo, sería un tiro de gracia al debilitado PLD. Hago este análisis porque suelo escribir y dar mis opiniones sobre todos los procesos que influyen en la vida democrática de RD y el proceso del PLD y lo que ocurra el próximo domingo incidirá en el porvenir electoral de la República.