POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- El país ha sido estremecido por la presentación del Ministerio Público de su acusación en el denominado Caso Antipulpo, que hasta ahora, a nivel judicial, ha encabezado Alexis, el hermano del expresidente Danilo Medina.
El voluminoso expediente de 9 tomos describe una vasta red de corrupción y lavado de activos, mediante el cual las arcas del Estado fueron desfalcadas con miles de millones y donde el hermano de un presidente se manejaba a sus anchas como amo y señor del país, en múltiples negocios oscuros, incluyendo una derivación internacional que involucra una sociedad con un ex candidato presidencial de Guatemala, acusado de lavado de activos.
Nunca, ni en la historia de República Dominicana, ni de América Latina, se había conocido una mafia tan descomunal a cargo de hermanos y familiares cercanos a un presidente en ejercicio.
La novedad de la presentación de la acusación formal del Ministerio Público en el Caso Antipulpo, viene dada en que se hace mención expresa que su hermano, el presidente Danilo Medina, a través de acciones y omisiones, fue fundamental para las operaciones de corrupción de Alexis Medina. Una verdad que nadie puede negar.
Es absurdo y ridículo alegar que durante 8 años Danilo Medina, el hombre más informado de la República, desde el Palacio Nacional desconociera las andanzas delincuenciales de su hermano Alexis. Nada de lo que hizo pudo hacerse sin el poder que ostentaba como hermano del Presidente de la República.
Los funcionarios públicos que se negaban a obedecer las órdenes de Alexis Medina eran destituidos por decreto presidencial, caso que ocurrió con el ex contralor de la República Germosén, según testimonio público que ofreciera en audiencia de medida de coerción.
La pregunta que el pueblo con razón se hará es: Si ha emergido la cabeza del pulpo, ¿cuándo será sometido a justicia? El Caso Antipulpo y el de las visitas sorpresas pondrá en seria prueba al Ministerio Público y la justicia dominicana. Se pondrá en juego la credibilidad de la lucha contra la corrupción y el “caiga quien caiga”.
Si se le envía al pueblo la señal de impunidad y que Danilo Medina no puede ser enjuiciado por su calidad de ex presidente, estamos haciéndole un flaco servicio a la democracia y a la institucionalidad de República Dominicana.
Creo que en el expediente de MP hay suficientes elementos para investigar y enjuiciar al ex presidente Medina. Eso enviaría una poderosa señal de que la justicia está funcionando de manera independiente, y una poderosa señal a la clase política de que no se pueden repetir las cosas que se produjeron en su gobierno y en su entorno familiar y de seguridad.
Si por razones políticas se decide dejar fuera del banquillo a la cabeza del pulpo que originó el desastre, la señal será impunidad al más alto nivel del mando público.
!Esperemos!