La llegada de una mujer a la presidencia marcaría un hito en este país de larga tradición machista y graves problemas de violencia de género. Solo en 2023 se cometieron 852 feminicidios, según cifras oficiales.
«No llego yo, llegamos todas (…), me va a corresponder también luchar por las mujeres», dijo Sheinbaum, física y exalcaldesa de Ciudad de México de 61 años, ante decenas de miles de seguidores en el Zócalo de Ciudad de México, principal plaza pública del país.
Sheinbaum parte con 63% de las preferencias para los comicios del 2 de junio, lejos del 31% de Gálvez, ingeniera en computación también de 61 años, según un promedio de encuestas de la firma Oráculus.
Jorge Álvarez, diputado de centroizquierda de 38 años, se ubica tercero con 5%.
“ABRAZOS, NO BALAZOS”
La exalcaldesa leyó una lista de 100 compromisos para dar continuidad a la «transformación», proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, incluida la política de seguridad, blanco de la artillería de Gálvez que la considera complaciente con los cárteles del narcotráfico.
«La estrategia que promoveremos será atacar las causas (de la violencia), fortalecer la Guardia Nacional y su coordinación con las policías estatales», dijo Sheinbaum.
Bajo el lema «abrazos, no balazos», el presidente sostiene que hay que atender las causas del problema, como la pobreza, más que optar por la mano dura contra el crimen organizado.
RAÍCES INDÍGENAS
«¡Se acabaron los abrazos a los delincuentes!», lanzó de su lado Xóchitl Gálvez durante un periplo por Fresnillo, Aguascalientes (norte) e Irapuato (centro), tres de las ciudades más golpeadas por el crimen organizado.
En Irapuato plasmó una huella con sangre en un papel donde se comprometió a mantener los programas sociales en los que López Obrador basa su popularidad de 70%. «Es un pacto de sangre», expresó.
Locuaz senadora de raíces indígenas, Gálvez apuntala el tema de la seguridad como uno de los ejes de su campaña.
Para quien llegue a la presidencia, la lucha contra el narco y la inseguridad será, como para los últimos presidentes mexicanos, el gran tema del próximo mandato. Las autoridades atribuyen al narco la mayoría de los 449.000 asesinatos y más de 100.000 desaparecidos que México acumula desde que en 2006 los militares fueron involucrados en la ofensiva antidrogas. Un 38% de esos homicidios ocurrieron durante el actual gobierno.
RFI