A cinco días de las elecciones en Estados Unidos, el presidente republicano Donald Trump coincidirá por primera vez en el terreno con su rival demócrata Joe Biden, ya que ambos tienen programados sendos actos en Tampa, en el codiciado estado de Florida.
Con pocas horas de diferencia, ambos candidatos organizaron eventos en esta ciudad del oeste de Florida, un estado que con sus 29 votos electorales suele coronar al presidente desde 1964, con una sola excepción en el registro.
Pero, pese a que coinciden en este estado del sur de Estados Unidos, sus estrategias no podrían ser más disímiles y el presidente republicano ha sostenido un frenético ritmo de campaña, totalmente ajeno al virus que lo llevó incluso a estar hospitalizado.
Biden, que mantiene una campaña de baja intensidad con contados desplazamientos y en la que a los mítines sus seguidores acuden en coche para respetar el distanciamiento social, volvió a criticar la gestión de la Casa Blanca frente al coronavirus.
La pandemia ha acaparado la campaña en un país donde hay 226,723 muertos por COVID-19, más que en ninguna otra nación del mundo.Según una encuesta del compilado de sondeos FiveThirtyEight.com, un 57,4 % de los estadounidenses desaprueban la gestión de Trump frente al virus.
Pero Biden advirtió que aunque gane las elecciones «terminar con la pandemia va a requerir un esfuerzo inmenso». «No estoy haciendo campaña con una promesa falsa de que puedo terminar con la pandemia como quien aprieta un interruptor», afirmó.
Trump siguió cortejando votos en Arizona y bajando el perfil a la crisis. Además de amenazar con que Biden va a subir los impuestos, afirmó que una victoria de su rival va a implicar que los niños no puedan ir a la escuela, que no haya graduaciones, ni bodas, ni tampoco Navidad. «Joe Biden habla mucho pero no hace nada», dijo a los periodistas.
Una carrera «ajustada»
El exvicepresidente de Barack Obama lidera las encuestas a nivel nacional y lleva la ventaja en varios estados clave, pero los demócratas todavía recuerdan la amarga sorpresa de 2016 cuando la confiada campaña de Hillary Clinton recibió atónita la noticia del triunfo de Trump.
En muchos estados la ventaja de los demócratas cabe en el margen de error, por lo que persisten las dudas y la incertidumbre sobre la carrera, sobre todo porque Biden ha sido mucho más sedentario que Trump debido a la pandemia.
Su estado de salud y las dudas sobre un deterioro cognitivo, alimentadas por Trump y también por su milimetrada campaña de baja exposición, contribuyen a la incertidumbre entre los demócratas. La jefa de campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon, advirtió la semana pasada que esta carrera va a ser «más ajustada» de lo que plantean los expertos.
Conscientes de que la carrera está reñida, los demócratas apostarán fuerte el fin de semana con un mitin que reunirá por primera vez a Biden y al expresidente Barack Obama en Michigan, otro estado clave para llegar a la Casa Blanca.
Toque de queda en Filadelfia
Este jueves uno de los temas que estará en la palestra es la economía, un tema muy sensible para muchos electores después de que la pandemia destruyera millones de empleos, que siguen sin recuperarse.
El Departamento de Comercio publicará los datos del PIB del tercer trimestre, que van a adquirir un cariz electoral después de que en el trimestre anterior este indicador registrara un espectacular desplome de 31,7 %.
Otro tema que ha marcado la campaña es la ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial desatada desde de que George Floyd, un estadounidense negro, fuera asfixiado por un policía blanco en Minneapolis a finales de mayo.
La muerte de un ciudadano negro de 27 años con problemas mentales a manos de la policía el lunes generó una ola de disturbios en Filadelfia, que vivió el martes una segunda noche de violencia consecutiva.
Para evitar que sigan los disturbios, las autoridades decretaron allí un toque de queda para este miércoles. «No podemos dejar que esto ocurra en un lugar tan maravilloso como Filadelfia», dijo Trump a los periodistas.Biden criticó la violencia y los saqueos, pero recalcó que es legítima la protesta.
AFP