Santiago. Con un parque vehicular que sobrepasa las 315 mil unidades, y que se engrosa cada día más, transitar por el casco urbano y zonas adyacentes de la provincia se han vuelto un caos, a cualquier hora del día.
Los entaponamientos de las llamadas “horas pico” ya no son exclusivos del tiempo de entrada o salida a los trabajos o escuelas, sin importar que sean vías principales o no, debido a la carencia de un plan de tránsito y transporte, acorde a la realidad actual de la provincia, que se ha debatido en los últimos tiempos, ya que de acuerdo a opiniones de expertos en el tema, las personas salen a trabajar o estudiar a las mismas horas, los camiones de carga y descarga que van a los almacenes o supermercados no tienen horas limitadas, como tampoco las tienen los camiones colectores de basura, lo que empeora la situación.
Las estadísticas
El urbanista y planificador Reynaldo Peguero, director ejecutivo del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), indica que los estudios oficiales del CDES, el BID y el Ayuntamiento, indican que desde el 2010 hasta el 2021, el parque vehicular de la provincia y la ciudad de Santiago creció más de un 100 por ciento.
Detalló que esta provincia que engloba 10 municipios, registra 315, 750 vehículos, más de la mitad de estos pertenece a Santiago de los Caballeros (157,875); sumado a esto las motocicletas en la provincia que son 225,448, de las cuales en la ciudad de Santiago circulan 169,086.
“El parque vehicular de la ciudad según estimaciones del Diagnóstico General de la Movilidad Urbana de Santiago de los Caballeros, considera la existencia de aproximadamente 160,000 vehículos, es decir, un 8% del total nacional, el cual equivale a una razón-índice de motorización de unos 222 vehículos por cada 1000 habitantes”, sostiene Peguero.
No hay planes del Estado sobre la problemática
Juan Marte, de la CNTT, entiende que la problemática del caos no es la cantidad de vehículos, porque la industria automotriz no se detiene, sino la falta de un plan real de tránsito y transporte. Considera que la solución no es el monorriel y cita el caso de Santo Domingo, que le vendieron la idea de que cuando se construyera un metro el problema de los tapones se resolverían.
WENDY ALMONTE