NUEVA YORK.- En los últimos días, dominicanos residentes en esta ciudad han sido afectados por la violencia y criminalidad que arropa los vecindarios neoyorkinos.
El casos más reciente es el de la quisqueyana María Hernández, de 74 años, quien apareció muerta en su residencia ubicada en el 126 W. de la calle 83, en Manhattan, con las manos y pies atados, además, con la cara amordazada debajo de una pila de ropa.
El afroamericano Lashawn Mackey, de 47 años, residente en Brooklyn, fue apresado por la policía en su apartamento y lo acusa de su muerte.
El joven Josué López-Ortega, de 15 años y presuntamente quisqueyano, falleció al recibir un disparo en la cabeza en una instalación de la Liga Atlética de la Policía en El Bronx. El pistolero huyó y no ha sido detenido.
Un intenso tiroteo frente al 1121 de la avenida Morris, entre calles 166 y McCellan, área habitada mayormente por familias dominicanas en El Bronx, dejó como saldo la noche de este sábado una persona muerta, presuntamente dominicana, y tres heridos.
A la hora de terminar esta crónica no se habían producido arrestos.
Un hombre hispano que viajaba el pasado viernes por la madrugada en el tren 1 desde el Alto Manhattan hacia Down Town-Manhattan, murió tras ser empujado hacia los rieles por otro, rompiéndose la cabeza. La policía arrestó al agresor, de 28 años.
Se han presentado varios casos de atracos, golpiza, robos y agresiones contra quisqueyanos, principalmente en el Alto Manhattan y el condado de El Bronx, lugares donde reside el 75% de los connacionales en la Gran Manzana.
RAMON MERCEDES