Enfermos mentales viven en desamparo

Santiago. Personas con problemas mentales, una gran parte mujeres, deambulan por las calles de Santiago ante el desamparo de familiares y la mirada indiferente de las autoridades.

Frente al Edificio Profesional, en la avenida 27 de Febrero, donde opera la Junta Electoral de Santiago y donde el gobierno contempla levantar la estación principal del teleférico, una mujer decidió instalar su hogar. A pesar de las inclemencias del tiempo, la dama, quien además presenta problemas de artritis, colocó pedazos de ropa que sirven como cama.

Y como si se tratara de un tendedero, las demás ropas las coloca en medio de la acera. “Esa mujer a veces se para en ese punto de la ciudad, en ocasiones se muda a otro y nadie se interesa por rescatarla y llevarla a un refugio donde puedan darle atenciones”, expresó Ramón Rodríguez, un hombre que se desplazaba en una motocicleta y que dice residir en la zona de Pueblo Nuevo, cercano a donde está ubicado el edificio profesional.

Rechazo y miedo

Desde hace un tiempo, empleados del Centro de la Cultura han denunciado como otra mujer, aparentemente de nacionalidad haitiana, llega y se coloca entre las calles Del Sol y Antonio Guzmán y de forma violenta amenaza a las personas. Aunque en varias ocasiones ha sido retirada, la dama regresa, debido a que las autoridades sanitarias carecen de un espacio donde albergar.

Recientemente, elCaribe publicó el caso de una mujer solo como Lilian, nativa de Santo Domingo y madre de dos hijos, que permaneció varios días durmiendo en la acera de la calle dos del sector Ensanche Libertad, al norte del municipio cabecera de Santiago de los Caballeros. El auxilio de los residentes en ese sector permitió llevar a la dama a una casa abandonada, donde durmió varios días en la galería.

No hay centros de salud que les dé seguimiento

El hospital regional universitario José María Cabral y Báez cuenta con una unidad de salud mental, pero carece de espacio y personal para atender la gran cantidad de personas que deambulan por las calles. Los ingresos requieren que un familiar lo acompañe y cuando sea dado de alta lo ayude en su proceso de medicación y evolución de su salud.

MIGUEL PONCE

Salir de la versión móvil