A partir de este lunes entran en vigor las sanciones al petróleo ruso por parte de la Unión Europea. Se aplica el embargo a todas las importaciones de crudo transportadas por barco y el tope de precios que no debe superar los 60 dólares el barril, cuando el precio del mercado es de 65.
Un tope de precios respaldado también por los países del G7y otros socios internacionales como Australia a propuesta Washington.
Esta última medida ha provocado el rechazo de Ucrania, que quería que el precio se limitara a 30 dólares, y el de Rusia, que amenaza con cortar totalmente el suministro.
Con esta sanciones, la UE pretende atacar una de las principales fuentes de ingresos del Kremlin para financiar su guerra en Ucrania.
Según fuentes comunitarias, los ingresos estatales de Rusia procedentes del negocio del petróleo representan el 37 % del presupuesto.
EURONEWS