Los cigarrillos electrónicos, o dispositivos de «vapeo», se encuentran en el mercado desde hace aproximadamente una década, por lo que todavía estamos aprendiendo de las consecuencias de su uso a largo plazo.
Los efectos vistos hasta ahora nos demuestran que estos no sólo afectarían la función pulmonar, desarrollando Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), sino que, además, podrían afectar directamente el parénquima pulmonar, creando una especie de neumonía intersticial denominada Enfermedad Pulmonar Asociada al Vapeo y Dispositivos Electrónicos (EVALI), una condición en la que se trabaja arduamente para conocer más acerca de su causa y tratamientos, ya que puede comprometer la vida del paciente.
Es tanta la relevancia del vaping y los cigarrillos electrónicos que, en la actualidad, se está investigando su relación con el desarrollo de cáncer de pulmón.
Ante la cantidad de casos reportados de mortalidad en Estados Unidos y otros países de Latinoamérica a finales del 2019 y parte del 2020, se ha creado una campaña informativa de la cual, como persona ligada a la salud respiratoria he hecho eco, debido al alto impacto que ha tenido en iniciación temprana de nuestros adolescentes. La información y los avisos actuales están disponibles en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
De las condiciones antes mencionadas, es de suma importancia orientar sobre la EVALI pues, hasta el momento, es la que más puede comprometer la vida del paciente. Gracias a las campañas informativas generadas a mediados de 2020 ha disminuido su frecuencia. Sin embargo, el alto registro del uso de cigarrillos electrónicos y vaping en el último año, por adolescentes y adultos jóvenes, mantiene a todo el personal de salud en alerta frente a la presentación de nuevos casos.
Para orientar sobre la condición y estar enterados de los signos, síntomas y cómo prevenir, se responden las siguientes interrogantes:
¿Qué es EVALI?
EVALI es la lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo. Originalmente se conocía como VAPI (enfermedad pulmonar asociada al vapeo). El nuevo nombre respondió a un número creciente de casos de enfermedad pulmonar grave relacionados con el uso de cigarrillos electrónicos y productos de vapeo, identificados desde el 2019. Todavía estamos aprendiendo sobre ella, por lo que es posible que se sigan realizando cambios en la terminología.
¿Qué causa?
Basado en recientes investigaciones relacionadas a un brote aún en curso en los Estados Unidos, se ha determinado que el acetato de vitamina E (un aditivo encontrado en algunos cigarrillos electrónicos que contienen THCA) es la causa principal, pero no la única, por lo que se continúan realizando investigaciones para definir qué otras sustancias producen tanto daño que, en fases severas, pueden ocasionar daño alveolar difuso y hemorragia pulmonar.
La evidencia
A este momento, tanto la CDC como la FDA, han identificado el uso de cigarrillos electrónicos y electróproductos de vaping como causa común de los casos de EVALI. Resultados de análisis del líquido de lavado broncoalveolar (BAL) de un número de pacientes con esta condición fueron realizados y comparados con el líquido BAL de personas sanas. El resultado fue que 48 de 51 pacientes (94%) con EVALI presentaron la sustancia de acetato de vitamina E. Este último también fue identificado en estudios realizados a muestras de cigarrillos electrónicos y productos de vaping por parte de la FDA y otros laboratorios de control.
Además del acetato de vitamina E, hay muchas otras sustancias que promueven al desarrollo de neumonitis por hipersensibilidad y que aún se están examinando como posibles causas.
¿Cuáles con los síntomas?
El paciente expuesto puede presentar dificultad progresiva para respirar, fiebre y escalofríos, tos, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, mareos, taquicardia y dolor de pecho.
¿Cómo se diagnostica?
No existe una prueba única para EVALI. El diagnóstico es clínico y por antecedentes de exposición, ya que los síntomas pueden ser similares a muchas otras enfermedades respiratorias como neumonía, asma, enfermedades intersticiales, entre otras.
Al pensar en la condición por la historia de exposición, el facultativo respiratorio solicitará al paciente la realización de estudios de imágenes (radiografías y tomografías) donde pueden apreciar opacidades pulmonares, además de pruebas de laboratorios de sangre y expectoración. Para investigar la causa, puede ser sometido a realización de BAL.
¿Cuál es el tratamiento?
Debido a que la enfermedad es tan nueva, su curso es impredecible. Entre los casos notificados, el 96% de los pacientes requirieron hospitalización, incluidos algunos que fallecieron. Los tratamientos con medicamentos primarios incluyen esteroides sistémicos, antibióticos y/o antivirales hasta que se descarte una infección, así como ventilación asistida en casos graves. Los menos severos pueden requerir oxígeno suplementario. Una vez se recuperen, pueden ir a casa. Sin embargo, muchos presentan tanto daño estructural que mantienen secuelas permanentes para la capacidad de oxigenar.
Si está expuesto a estos dispositivos y presenta síntomas, o cualquier condición relacionada, debe comunicar de inmediato a su médico cabecera o neumólogo.
Esther M. Tavera Santos
Es neumóloga, coordinadora de la Unidad de Enfermedad Intersticial Pulmonar del Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez.