SANTO DOMINGO.- Soraya Lara, presidenta y fundadora del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), señaló que el gobierno estará cerca de la puerta del cambio cuando tenga como prioridad minimizar la violencia contra las mujeres dominicanas.
Lara hizo la referencia luego de presentar este miércoles las estadísticas de la investigación “Impacto psicológico en las mujeres víctimas de violencia por sus parejas en la pandemia COVID-19”, que evidencia que el 100% de las 51 mujeres entrevistadas manifestaron haber sufrido violencia psicológica.
Instó al gobierno dominicano a comprometerse y modificar la política pública para reducir la violencia contra las mujeres, al tiempo que destacó que la institución que preside es una ONG que se encarga de evidenciar el daño de las mujeres expuestas a la violencia en el país.
“Presten atención, desarrollen programas contundentes. La violencia contra la mujer es un compromiso de Estado”, reiteró durante la presentación de las estadísticas de la investigación en una reunión virtual.
El estudio fue realizado durante el confinamiento, es decir, entre los meses marzo y agosto, donde se aplicaron pruebas sicológicas a un total de 51 de 105 residentes de Higüey, Puerto Plata, San Francisco de Macorís, Santiago, Distrito nacional y Santo Domingo Oeste.
Las víctimas fueron atendidas por las terapéuticas del centro PACAM fruto del acuerdo de colaboración con el Banco Popular, que apoyó la atención psicológica de estas mujeres en el momento más crítico del confinamiento, cuando las tasas de violencia intrafamiliar aumentaron en la República Dominicana y el mundo.
Las estadísticas arrojan que el 100% de las mujeres entrevistadas manifestaron haber sufrido violencia psicológica, mientras que un 74% notificó violencia física y el 56% violencia sexual. Un 68% expresó también ser objeto de violencia económico-patrimonial.
Seis de cada diez aseguraron haber sido amenazadas de muerte por sus parejas. Sin embargo, en un 72% de los casos no denunciaron a los agresores.
Expresó que en la situación de sentirse indefensas puede ser el origen para que un 45% de ellas calificaran con un grado de depresión severa y un 55% con un grado de ansiedad grave.
Durante el confinamiento el programa atendió un total de 105 mujeres dominicanas de diferentes localidades y otras residentes en el exterior, dígase Estados Unidos, Perú y Argentina.
Debido a la aceptación y el alcance del proyecto, José Mármol, vicepresidente ejecutivo de relaciones públicas y comunicaciones del Banco Popular acordó extender el apoyo a dicho programa hasta el mes de diciembre, permitiendo a más mujeres ser atendidas por las terapeutas del PACAM.
Aseguraron que la captación de las víctimas se da a través de anuncios en redes sociales, media tour y mensajería interna de ambas instituciones.
Otras estadísticas de la investigación
Edad, estudios e ingresos
La mayoría de las entrevistadas por el PACAM tienen entre 18 y 41 años. Un tercio de ellas se encontraba bajo la figura de la unión libre y un 26% dijo que vivían separadas de sus victimarios.
En cuanto al nivel de escolaridad, el 41% informó contar con grado universitario, un 36% con bachiller y un 4% con maestría, lo cual desmitifica la creencia social de que la violencia la sufren mayoritariamente mujeres sin estudios.
Una tercera parte de estas mujeres laboraba y recibía un sueldo al momento del tratamiento, en tanto el 26% estaban desempleadas y el 22% contaban con negocio propio.
Recuperación emocional
Con el acompañamiento psicológico por parte de las profesionales del PACAM, que impartieron 460 sesiones en el período, más de la mitad de las mujeres del programa reconocen contar actualmente con una autoestima elevada.
Además, se beneficiaron de incorporarse a un programa de psicoterapia y de evaluación psicológica para su recuperación emocional, se les ofreció orientación para su protección, la preservación de su integridad psicológica y física, y la activación de la red de apoyo social y familiar.
Con esta alianza y el auspicio del programa, el Banco Popular busca incidir en el fenómeno de violencia contra la mujer, contribuyendo a cuidar de su integridad psicológica, emocional y física, alineando con ello su accionar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a los Principios de Banca Responsable.