Fracaso de Putin

POR JULIO MARTINEZ POZO.- Qué significa la evacuación de las tropas rusas de Jersón,  única ciudad importante que Rusia había logrado ocupar desde el inicio de la guerra?

Que la pava no ponía donde creía el nieto de un cocinero, que después de haberse forjado en los servicios de inteligencia de la antigua Unión Soviética, y recibido el empuje de la oligarquía amamantada por Boris Yelsin, se ha transformado en uno de los autócratas más belicosos del primer cuarto del siglo XXI: Vladimir Vladimirovich Putin.

En febrero lanzó una invasión militar sobre Ucrania con objetivos a corto plazo: demostrar su superioridad militar; humillar a Ucrania, obligarla a ceder parte de su territorio, y, además, comprometerla a distanciarse de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), así como de la Unión Europea.

Le ha causado grandes malestares al mundo y especialmente a Europa, dependiente del suministro energético ruso, pero no ha logrado ninguno de sus objetivos porque Ucrania le resultó un hueso muy duro de roer.

Un líder del que nadie esperaba tanta entereza, Volodímir Zelensky, se ha comportado como un titán al frente de su pueblo, que también contrario a lo que esperaba Putin, por los orígenes rusos de parte de la población ucraniana, no salió a bendecir la agresión militar, sino a repelerla con una dignidad patriótica merecedora de culto.

En definitiva la resistencia impidió la toma de ciudades como Kyiv y Sarkov, que Rusia no pudo hacer otra cosa que excluirlas de sus planes de ocupación y concentrarse  en la zona del Donbás, que se anexó, pero que desde agosto para acá, la preserva bajo el asedio permanente de la contraofensiva ucraniana que ha venido arrebatándole territorio.

Al retirarse de Jersón se queda sin acceso terrestre a las zonas que mantiene ocupadas, y en términos militares declara prácticamente perdida su guerra, lo que no marca, necesariamente, el final de conflicto, ni de un desenlace más  dramáticos.

Además de Ucrania, Putin sabe que esta guerra se la está ganando Estados Unidos y Europa, con todo el apoyo económico y armamentístico puesto en solidaridad con el país atacado por él, buscando un mayor protagonismo en la escena internacional y devolver a la tercera Roma la sensación imperial que le ha acompañado durante gran parte de su historia.

Que nadie piense que va a dejar este conflicto saldado con una humillación; seguirá hostigando a Ucrania y presionando a Europa, con controles del suministro de gas natural, hasta que logre una negociación que le de justificación a la guerra que desató,.

La llegada del invierno no sólo lo presionaba a colocar las tropas que tenía en Jersón al otro lado del Pnieper, para resistir en mejores condiciones las bajas temperaturas, sino que ese mismo factor coloca una presión especial en los gobiernos europeos con el abastecimiento a precios soportables de gas para calentar los hogares.

Aunque de lo que se trate sea de un repliegue estratégico no cabe duda que ha tenido que tomarse porque Ucrania derribó los puentes de comunicación del territorio continental con la zona donde se encontraban los soldados rusos, que en su retirada han tenido que aventurarse al cruce del río a nado y en frágiles  embarcaciones donde no pocos, han perecido ahogados.

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