POR NARCISO ISA CONDE.- Partió la tormenta Franklin hacia “el Norte revuelto y brutal” y volvió el dengue con renovadas energías, acompañado de sargazo y bacterias “come carne”, junto a derrames y explosiones contaminantes de la famosa barcaza turca; comprada por el gobierno como nueva, siendo vieja.
Esto sucede cuando el Banco Mundial (BM) –pana full del FMI, del gobierno empresarial del PRM-Abinader y su elite empresarial inescrupulosa- nos quieren convencer de que nuestra nación tiene posibilidad de llegar a ser, en breve tiempo, parte del “primer mundo”, que en su léxico imperialista quiere decir países “desarrollados” y “civilizados”.
Estas hierbas no aromáticas avanzan en todo el país, mientras el bendito dengue se multiplica en la isla, con especial énfasis en Santo Domingo Norte. La modernidad neoliberal -reforzada por otros componentes de la llamada post-modernidad capitalista- ha facilitado la multiplicación y expansión por el territorio insular de los grandes males acumulados; consecuencia del saqueo histórico y presente, cruelmente ejecutado por corporaciones capitalistas y magnates criollos y extranjeros que se consideran dueñas y dueños del mundo y del país.
La partida de Franklin se anunció como sinónimo de vuelta a la “normalidad”, pero resulta que aquí el dengue es parte de la normalidad; como lo es el cólera, los ratones con leptospirosis y el sargazo, ahora acompañado de bacterias “come carne”.
Como también son “normales” sus cañadas y ríos contaminados, las casuchas miserables, las personas inmunodeficientes, la mala alimentación, los déficits de cloacas y desagües pluviales, hospitales sin medicinas, seguridad social solo segura para estafar en favor de las ARS y AFP privadas; la salud como negocio, las pensiones miserables, la ignorancia inducida y una policía experta en atracar, fusilar, abusar y proteger el micro y el macrotráfico….
Aquí, y en el planeta, la normalidad es la anormalidad desnudada por aguaceros, ventarrones, ciclones y huracanes, terremotos y maremotos…y para colmo por ahí viene, con mucha más fuerza, el relevo de Franklin; mientras la dinámica capitalista-imperialista sigue calentando la atmósfera de un planeta con más ricos y megarricos que antes y, a la vez, con una humanidad y una naturaleza mucho más empobrecida.
Por demás, en países con una dominación violenta y diversa: clasista (económico-social), patriarcal, racista, militar, policial, es muy “normal” que la sociedad se infecte de violencia; y eso está pasando dramáticamente en EE. UU., aquí y en todos los “mundos” bajo control del BM y sus padrinos; donde los poderes establecidos están en franca putrefacción. Realidad sólo superable, si los pueblos y sus fuerzas transformadoras toman conciencia y deciden rebelarse para cambiarlo todo.