Las frutas son parte esencial de cualquier dieta que se considere saludable. Sin embargo, a la hora de comer frutas hay un error común y generalizado que hace que se desperdicien parte de los nutrientes. Y el error es quitarles su piel.
Al pelar las frutas se pierden un montón de vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes y fitoquímicos que protegen a las células.
Por caso, el caso más común es el de la manzana: si la consumes con su piel, tendrás un 15% más de vitamina C, hasta un 270% más de vitamina K, un 20% más de calcio, un 19% más de potasio y un 85% más de fibra que si la comes sin su piel.
Está claro que muchas pieles no son comestibles, como las de la naranja, melón, piña, mango, aguacate o banana. Sin embargo, puedes usarlas para preparar infusiones, compost para tus plantas o aromatizantes, puesto que tienen muchos nutrientes y vitaminas.
En el caso de algunos vegetales como las papas, remolachas, zanahoria, pepino o kiwi son perfectamente comestibles. Muchas personas las pelan para quitar los pesticidas o la suciedad, pero lo cierto es que con un buen lavado se quitan.
Se recomienda lavarlas bien con agua fría y con un cepillo duro para eliminar los pesticidas, suciedad y productos químicos. Finalmente, hervir y cocinar al vapor también pueden reducir algunos de los residuos.