POR ALFREDO FREITES.- En el escenario político siguen apareciendo señales preocupantes que presagian una tormentosa campaña electoral, el gobierno sigue imponiendo modelos de lucha que se creían superados, donde el poder se impone con el uso de la corrupción.
La corrupción es más que disponer en beneficio personal de los recursos del erario. La corrupción tiene múltiples formas. Comprar dirigentes de partidos contrarios, pagar bocinas para que canten loas al gobierno, financiar por debajo de la mesa a los alcaldes para atraerlos es tanta corrupción como obligar a los empleados públicos a que se afilen al partido oficial.
En las redes circula un video de un funcionario de Obras Públicas instruyendo a sus empleados para buscar que otros de sus departamentos se inscriban en el Partido Revolucionario Moderno. También hay quejas de varios ministerios donde se está presionando a los empleados para que se matriculen con la reelección.
En el video de marras el exponente informa que “el sector externo del PRM” es el encargado de gestionar el arreo de las ovejas, y baja una línea que procede de la alta dirección del gobierno que usa a empleados públicos para ese chantaje. Ya se sabe la negativa a apuntarse en las listas del partido oficial pone su empleo a disposición de la superioridad.
Esta abusiva practica fue empleada por el Partido Reformista en los 12 años de Balaguer y había desaparecido, pero los partidarios de Luis Abinader siguen retomando políticas del pasado.
Avergüenza que supuestos seguidores de José Francisco Peña Gómez ejecuten tales procedimientos. Si quieren crecer los gobiernistas tienen que empeñarse en hacer una buena obra de gobierno y no en chantajear a humildes trabajadores.
Esta acción evidencia que la reelección no cuaja y tienen que presionar para atraer; y que los miembros del PRM no trabajan para la Luis Abinader. Los chantajistas deben recordar que el voto es secreto, que de nada vale la presión, la gente votará por quien quiera.
Impedir a la oposición expresarse, desarrollar una campaña sucia contra el líder de la oposición y presionar empleados públicos es debilidad.