La guerra en Ucrania podría prolongarse durante años, según el pronóstico del propietario del Grupo Wagner, un contratista militar privado que participa activamente en el conflicto.
En una entrevista en video publicada el viernes en la noche, Yevgeny Prigozhin indicó que Rusia podría tardar entre 18 meses y dos años en hacerse con el control total del corazón industrial de Ucrania, la región oriental del Donbás. Y la guerra podría durar hasta tres años si Moscú decide capturar más territorios al este del río Dniéper.
Las declaraciones de Prigozhin — un millonario con estrechos vínculos con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y que ha sido apodado el “chef de Putin” por sus lucrativos contratos de catering con el Kremlin — suponen un reconocimiento de las dificultades que han enfrentado las tropas de Moscú en la campaña, que iniciamente esperaban dar por concluida unas semanas después de invadir el territorio ucraniano el 24 de febrero del año pasado.
Rusia sufrió una serie de derrotas humillantes en otoño coincidiendo con las exitosas contraofensivas del ejército ucraniano para recuperar amplias franjas de territorio en el este y el sur. El Kremlin ha evitado hacer previsiones sobre cuánto podría prolongarse el conflicto e indicó que lo que califica de “operación militar especial” continuará hasta que se cumplan sus objetivos.
Las fuerzas rusas se han centrado en las provincias de Luhansk y Donetsk, que forman el Donbás, donde los separatistas respaldados por Moscú combaten contra las fuerzas de Kiev desde 2014.
Según Prigozhin, los mercenarios del Grupo Wagner seguían librando encarnizadas batallas por el control del bastión ucraniano de Bájmut, en Donetsk, y reconoció que las tropas de Kiev ofrecían una firme resistencia.
Mientras las fuerzas rusas mantenían sus ataques en el Donbás, Moscú ha tratado de desmoralizar a la población civil dejándola sin calefacción ni agua en el crudo invierno ucraniano.
El Kremlin lanzó el viernes su 14ta ronda de ataques masivos sobre instalaciones energéticas ucranianas y otra infraestructura vital. Los proyectiles alcanzaron instalaciones de infraestructura de alto voltaje en el este, el oeste y el sur y causaron apagones en algunas zonas.
La empresa energética ucraniana, Ukrenergo, dijo el sábado que la situación era “difícil pero controlable” y añadió que se usaron sistemas de refuerzo para mantener el suministro eléctrico, aunque en algunos lugares continuará el racionamiento de energía.
El jefe del ejército ucraniano, el general Valerii Zaluzhnyi, indicó que las fuerzas rusas lanzaron 71 misiles de crucero, 35 S-300 y siete drones Shahed entre el jueves en la noche y el mediodía del viernes. Las defensas aéreas derribaron 61 misiles de crucero y cinco drones, agregó.
Las autoridades ucranianas reportaron más ataques con aviones no tripulados el viernes por la noche, y las fuerzas aéreas señalaron que se derribaron 20 durante la noche.
También a última hora del viernes, algunos blogueros militares rusos y medios ucranianos publicaron un vídeo del ataque de un dron marino contra un puente ferroviario estratégico en la región de Odesa. En la grabación, un objeto a gran velocidad se acerca al puente en Zatoka, a unos 50 kilómetros (30 millas) al suroeste de Odesa, y causa una potente explosión.
La autenticidad del video no pudo verificarse de inmediato. El ejército ucraniano comentó el ataque y el vocero del gobierno regional, Serhii Bratchuk, no quiso confirmar el incidente en declaraciones emitidas por televisión el sábado.
El puente, que ya había sido atacado por misiles rusos al inicio de la guerra, sirve de enlace ferroviario con Rumanía, una ruta clave para la llegada de las armas occidentales.
AP