Este miércoles, la República de Haití conmemora 12 años del terremoto más mortífero de los últimos 200 años.
Ese 12 de enero de 2010 a las 4:53 de tarde, el país más empobrecido de América tembló, tembló fuerte y por 35 largos segundos.
Se trató de un terremoto de magnitud 7,0 en la escala de Ritcher con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, que se generó a una profundidad de 10 kilómetros y tuvo una serie de réplicas, siendo las más fuertes las de 5,9, 5,5 y 5,1.
El sismo tuvo grandes repercusiones en ciudades cercanas de Gressier, Leogane y Jacmel y se sintió en países vecinos como Cuba, Jamaica y República Dominicana.
Cifras oficiales contabilizaron 316,000 muertos, 350,000 heridos y 1,500,000 de damnificados, muchos de estos continúan sin hogar, bajo los refugios temporales erigidos tras el aniquilador sismo.
De ese millón y medio de damnificados, el año pasado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estimó que 34,000 se quedarán como desplazados por siempre, ya que las posibilidades de salir de esos lugares se han desvanecido a 12 años de la tragedia.
La infraestructura del gobierno central y los gobiernos locales quedó completamente colapsada, tales como el Palacio Nacional, el Parlamento, la catedral de la capital, etc.
El desastre debilitó enormemente al Estado y causó un daño estimado en el 120 % del PIB de 2009, es decir, 7,900 millones de dólares.
Sistema sanitario
El terremoto de 2010 destruyó el 60 % del sistema de salud. A la fecha ni el hospital principal del país ha sido reconstruido.
La demanda de atenciones médicas debido al gran número de heridos por el terremoto provocó que muchos de estos tuvieran que ser trasladados a la República Dominicana.
Niños mutilados y decenas de hombres, mujeres y ancianos con extremidades o cráneos fracturados llegaron en caravanas al Hospital General Melenciano de Jimaní.
Otro sismo
Haití se ganó el título de ser la nación más pobre y a 12 años de la tragedia no ha podido levantar cabeza por las catástrofes que han sucedido a ese terremoto y la crisis política, socioeconómica y de seguridad que atraviesa el vecino país.
Cuando el terremoto de 2010 fue considerado el de mayor magnitud en 200 años y se pensó que una situación tan catastrófica no podía repetirse, en el 2021, once años después de esta tragedia, Haití fue golpeado por un terremoto de mayor magnitud.
El pasado 14 de agosto, un sismo magnitud 7,2 sacudió a la nación caribeña, especialmente en Los Cayos, dejando un saldo de 2,248 muertos, más de 300 desaparecidos y 690,000 personas damnificadas.
Este evento telúrico supuso una pérdida del 15 % del PIB de Haití, cuya economía se contrajo un 3.3 % en 2020 y podría menguar un 1.3 % adicional al finalizar este año.
Además, destruyó infraestructuras críticas como viviendas e instalaciones de salud y educativas.
Este no fue igual de mortífero que el de 2010 pero se produjo en medio de un caos político. Un mes antes (7/07/2021) el presidente de Haití, Jovenel Moise, fue asesinado en su vivienda por un grupo de mercenarios.
Actualmente, Haití sumado a la pobreza extrema y al control de bandas armadas, es dirigido por el primer ministro Ariel Henry quien tiene la misión de devolverle al país la seguridad para convocar a elecciones libres y esclarecer el magnicidio.
JOSEFINA MEDINA