POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- El próximo 6 junio inicia en Los Ángeles la Cumbre de las Américas, que reunirá a todos los países latinoamericanos, Estados Unidos y Canadá.
El presidente Luis Abinader recibió la invitación formal del presidente de Estados Unidos Joe Bien. Creo que la Cumbre de las Américas es un escenario ideal para tratar y debatir la situación de extrema calamidad que vive Haití y su empobrecida población, en manos de bandas crimínales que tienen el control efectivo del territorio haitiano.
Lo primero es dejar la hipocresía y el cinismo de plantear como salida elecciones libres y democráticas, porque no existen hoy las condiciones mínimas para llamar a un torneo electoral legítimo, salvo que se quiera elegir a BBQ u otro jefe de banda.
Dejar la farsa de creer que en Haití existe un Estado organizado es lo primero para entender el problema y buscar la solución.
La realidad es que, como sucede con una persona, Haití está en coma institucional. No puede valerse por sí mismo. Necesita de su prójimo para salvarse y ayudar a sus 10 millones de habitantes.
¿Qué hacer con Haití? La única solución para Haití es que los países de América en conjunto impulsen un fideicomiso internacional que pueda reconstruir Haití administrando directamente los fondos internacionales, medida indispensable para que los fondos destinados para reconstruir Haití no paren en los bolsillos de los políticos y empresarios mafiosos que tienen enorme responsabilidad de lo ocurrido en el país vecino.
Un mini plan Marshall, en Haití, debe ser tratado en la Cumbre de las Américas. Y República Dominicana y nuestro presidente deben jugar un papel clave en ese tema, pues el colapso total de Haití, no sólo amenaza con la desestabilización de República Dominicana, sino una ola incontenible de migración ilegal sobre muchas naciones americanas, incluyendo a Estados Unidos.
Nuestro presidente ha tenido una posición valiente ante ONU y la Comunidad Internacional, en el sentido de poner en claro que República Dominicana no puede cargar con el problema haitiano en República Dominicana.
Toca ahora seguir enfatizando en ese mismo sentido en la Cumbre de las Américas.
Si el tema Haití no es tratado como un problema internacional hemisférico la expulsión forzada de su población terminará en un trágico choque de poblaciones, porque estoy convencido que por anestesiado que se vea hoy el dominicano, terminará peleando por defender su territorio, su nacionalidad y su soberanía.