Las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus pueden empujar a unos 86 millones de niños a la pobreza este año, llevando el total en el mundo a 672 millones, advirtieron este miércoles Unicef y Save the Children, que piden a los Gobiernos medidas de protección social para evitarlo.
Según un informe publicado por la agencia de la ONU para la infancia y la ONG británica, el mayor aumento de la pobreza se verá en países de Europa y Asia Central, con un alza de hasta el 44 %, mientras que en la región de Latinoamérica y el Caribe el incremento se estima en el 22 %.
“La pandemia del coronavirus ha desencadenado una crisis socioeconómica sin precedentes que está agotando recursos para familias en todo el mundo”, señaló en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.
Según Fore, el tamaño de esta crisis amenaza con deshacer años de progreso en la reducción de la pobreza infantil y dejar a las familias con menos recursos en un nivel de privación “no visto en décadas”.
El informe advierte de que el impacto de las medidas para combatir la pandemia se nota ya con una pérdida inmediata de ingresos que hace que muchas familias tengan problemas para asumir gastos básicos, pero avisa además del peligro de que, a más largo plazo, las medidas de consolidación fiscal puedan reducir los servicios públicos de los que dependen muchos niños.
Según Save the Children, los más pequeños son muy vulnerables a periodos de hambre o malnutrición, aunque sean muy cortos, pues pueden dejarles secuelas para toda la vida.
“Si actuamos ahora y decididamente, podemos prevenir y contener la amenaza de la pandemia sobre los países más pobres y algunos de los niños más vulnerables”, señaló en la nota la consejera delegada de la ONG, Inger Ashing.
Así, Unicef y Save the Children reclaman una gran expansión de los sistemas y programas de protección social, que incluya ayudas económicas directas a familias, comida en las escuelas y otras medidas.
Además, piden políticas que respalden a las familias como acceso universal a una sanidad de calidad, guarderías o permisos remunerados para el cuidado de los hijos.
EFE