Santiago. La basura que se produce en los hogares es lanzada hacia las aguas del canal de riego Monsieur Bogart y que se acumulan en el sifón en la comunidad Los Manchegos, situación ha empezando a generar problemas de salud de sus comunitarios.
Y es que desde animales muertos, plásticos y hasta árboles son lanzados desde las viviendas que se improvisaron la orilla del canal, desde la comunidad La Otra Banda hasta Villa Liberación, en la zona suroeste del municipio de Santiago de los Caballeros. Rafael Infante, residentes en la comunidad Los Manchegos, dijo que lleva un mes con problemas de salud, debido a la contaminación que se genera por los desperdicios.
“Aquí por los problemas de recogida de basura, las gentes lanzan sus fundas a las aguas del canal. Yo no sé si hasta bacterias hemos cogido con estos niveles de contaminación”, dijo Infante al hablar con reporteros de elCaribe.
Reacción
María Carela dijo que ha visto morir 40 gallinas en los últimos días y lo atribuye a la contaminación en la zona. Se estima que en más de un kilómetro del canal, desde el sector La Otra Banda hasta donde inicia Villa Liberación, hay aproximadamente 200 viviendas fueron levantadas a lo largo de los años y son las que descargan sus desperdicios al canal de riego.
Mientras que en la berma del canal Monsieur Bogaert, el tramo que comprende a las comunidades Platanal Adentro y Platanal Abajo, al menos 40 viviendas han sido construidas por la comunidad haitiana y dominicanos. “La única respuesta que encuentro por las muertes de mis gallinas, es que comieron algo contaminado o bebieron de esas aguas”, reiteró la dama. Sin embargo, Paulino Rodríguez acusa a las familias que residen en Villa Liberación de la contaminación de las aguas del canal.
Dicen que en esa zona el servicio es deficiente
Aunque la recogida de basura no suele ser tan eficiente, alegan residentes, algunos entienden que se debe esperar a que pase el camión y no lanzar los desperdicios al canal, porque esta acción les perjudica a todos. Quienes lanzan los desechos aseguran que las empresas recolectoras obligan a que tengan que tirarlos, debido a que deben durar muchos días con ellos en sus patios.
MIGUEL PONCE