Hospitales en Haití, saturados de heridos

Les Cayes. Los gritos desgarradores de dos mujeres resonaban en la entrada al Hospital General de Les Cayes, en el sur de Haití, saturado de personas heridas en el terremoto del pasado sábado, que también ha llevado a las funerarias de la ciudad al límite.

El terremoto de magnitud 7.2 registrado el pasado sábado en el suroeste de Haití ha causado al menos 2,189 muertos y 12,268 heridos, según el último balance oficial.

Este balance de víctimas supone 248 víctimas mortales más que el día anterior, según los datos de Protección Civil, organismo que coordina las operaciones de rescate. La región más afectada por el movimiento telúrico es el departamento del Sur, donde se han registrado 1,832 víctimas mortales.

Los llantos descontrolados se deben, precisamente, a la muerte de un familiar que recibía atención en estas instalaciones, donde la estampa es dantesca y su atmósfera, asfixiante.

Camas con pacientes agonizando, heridos tumbados en colchonetas tiradas por el suelo, intensos lamentos de dolor, llegada de nuevos afectados, trasiego de personal médico que no tiene un minuto de respiro entre paciente y paciente.

Aun así, el doctor Boris Bechler, pediatra, dijo en declaraciones a Efe que empiezan a tener la situación “bajo control” en comparación a cómo estaba el sábado y el domingo, cuando la avalancha de afectados los desbordó por falta de personal, aunque después llegaron médicos para reforzar el servicio.

En las últimas horas están recibiendo, sobre todo, a personas con infecciones, muchos de ellos “procedentes de zonas remotas que no han podido beneficiarse de ningún tipo de atención como lavado y vendaje. Cuando llegan al hospital sus heridas están totalmente infectadas”, explicó el médico.

Para seguir afrontando la situación, el hospital necesita urgentemente asépticos, analgésicos, hierro, materiales para hacer yesos, así como yodo, peróxido de hidrógeno, heparinas y fraxiparina, principalmente.

Entre los afectados hay muchos niños, acompañados de sus padres que, como si siguieran una coreografía, agitan con casi idéntica cadencia alguna prenda sobre las caras de los pequeños para aliviarlos mínimamente del calor que hace dentro del recinto.

Del exterior ya ha desaparecido el campamento que se improvisó el sábado tras el terremoto, a pesar de que las réplicas persisten, la última registrada este mismo miércoles cerca de la una de la tarde, a 38 kilómetros de Nippes, con una intensidad de 4.9 grados.

Solo en el área de urgencias se atiende a algunas personas fuera del pabellón, haciendo curas o revisando radiografías. En el área quirúrgica hay pacientes en los pasillos.

Funerarias

Las funerarias de Les Cayes no dejan de acumular cadáveres, al menos eso señaló a Efe Jeantile Prosper, director de uno de estos negocios, que afirma que ya no puede recibir más fallecidos.

A la suya han llegado 41 cadáveres desde el sábado y ahí siguen alrededor de una decena, todos ellos identificados, que yacen tapados por plásticos y colchas, la mayoría de ellos en el suelo del patio de la funeraria.

Otro cuerpo a sumar es el que recuperaron hoy los bomberos de entre las ruinas de un edificio de apartamentos en el barrio de Brefèt, el décimo fallecido que encuentran bajo los escombros, entre los que aparecen muchos enseres personales.

Casas de palo y lona como refugio tras Grace

Cientos de haitiano se ha instalado en el campamento ubicado en un recinto para albergar a las familias que han visto desaparecer sus casas y casi todo cuanto poseían a consecuencia del seísmo, una necesidad aún más perentoria debido al paso de la tormenta tropical Grace sobre el sur haitiano, que ya dejó un muerto.

Según explicó Salomon a Efe, las maderas, a las que ha atado unas telas para guarecerse de las inclemencias del tiempo y tener cierta intimidad, las encontró entre los restos del derrumbe, y con ellas dará cobijo a su familia, compuesta por dos adultos y tres niños.

Acudieron a este lugar para refugiarse de las precipitaciones y vientos que traía Grace, pero no le proporcionaron lo necesario para guarecerse, explicó, reclamando a las autoridades que les hagan llegar pronto la ayuda que necesitan, puesto que lo recibido hasta ahora resulta insuficiente para tantos afectados.

Otras familias ya están más o menos instaladas, como la de Kama Jhon Peter, que ha aprovechado una hilera de asientos bajo las gradas del estadio para montarse su hogar con unas lonas, bajo las cuales ya preparan la cena de la jornada, gracias a la ayuda humanitaria recibida.

AGENCIAS

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