POR MARCOS SANTOS. – El servicio de agua potable siempre ha sido deficiente en muchísimos sectores de San Francisco de Macorís, a pesar de los esfuerzos realizado por funcionarios y técnicos del Instituto Nacional de Aguas Potable y Alcantarillados, INAPA, a lo largo de los últimos años.
Siempre hay quejas por parte de residentes de esos barrios, por la falta de agua en sus respectivas comunidades.
Las promesas, al igual que la precariedad del servicio, nunca han faltado.
Con la designación de Wellington Arnaud al frente de esa institución, renacen nuevas esperanzas de que el servicio mejore, que sea eficiente.
Pero al mismo tiempo, debe existir una conciencia ciudadana, de que el agua es un servicio vital para la vida misma, para una mejor calidad de vida, y que por tanto debe hacerse un uso racional del mismo.
El agua cuesta dinero.
Y aquí la mayoría no la paga.
Un amigo nuestro nos comentó, que en Estados Unidos el servicio de agua potable y otros países más avanzados que el nuestro, el ciudadano paga religiosamente el servicio, y que el mismo no es barato.
En República Dominicana es lo contrario.
Aquí lo queremos gratis y eficiente.
No somos expertos en el área, pero es fácil deducir que la falta de agua potable en sectores de una ciudad se resuelve con dinero.
Si bien es cierto que hay deficiencia en el suministro, también es cierto que hay una falta de conciencia en una parte importante de la ciudadanía en el pago de dicho suministro.
Queremos agua permanente, pero no la queremos pagar.
Entonces, cómo haría el señor Wellington Arnaud y su equipo para ofrecer un servicio óptimo.
El viernes pasado, Arnaud, se reunió con representantes de diversos sectores de la ciudad del Jaya, en una acción aplaudible, porque está dando la cara, y está dando muestras de que realmente quiere hacer un excelente trabajo al frente del INAPA.
Ojalá y así sea.
El éxito de Arnaud y sus colaboradores, sería el éxito de todos.
No importa que él no sea ingeniero, lo que queremos es que el abogado que está dirigiendo INAPA, sea competente, y honestamente creo que lo es.
Julio Cesar Lizardo, su encargado regional, está lleno de las mejores intenciones.
Y también, me parece que tiene la capacidad y el ímpetu para hacer una excelente gestión.
De todos modos, eso no será nada fácil.
Se necesitan muchos recursos y la colaboración de la ciudadanía.
Debe existir una actitud de colaboración entre ambas partes.
De lo contrario, seguiremos con las carencias en el servicio de agua potable en muchas partes de nuestro país.
Y nuestro pueblo no será la excepción.