POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- En la semana recién transcurrida se produjo una rebelión de cientos de ilegales haitianos frente a oficiales de Migración y patrullas de la Policía Nacional que debe ser analizada a profundidad por los dominicanos.
Los videos recogen gráficamente la huida de la autoridad frente a la violenta rebelión haitiana, lo que es muy peligroso para la paz y la soberanía de República Dominciana. Ese video fue visto por casi 2 millones de haitianos que viven aquí, más 10 millones que están al lado, pendientes de lo que ocurre en suelo dominicano con el tema migratorio.
Lo más grave es el cambio de actitud de los haitianos frente a la autoridad.
Tradicionalmente, los ilegales han huido ante la presencia de Migración.Ahora no. Su reacción es de envalentonamiento, de agresividad y desafío a la autoridad, algo que no debe extrañarnos si examinamos lo ocurrido en Haití históricamente.
Los incidentes en Ciudad Juan Bosch nos llevan a hacernos las siguientes preguntas: ¿Tienen un plan las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para enfrentar una rebelión simultánea de ilegales haitianos en diferentes puntos del país? ¿Se organizarán los haitianos con apoyo externo para realizar acciones coordinadas en República Dominicana?
Si vemos lo que está pasando en Haití, y cómo la Organización de las Naciones Unidas y las potencias miran para otro lado ante el colapso total de Haití en manos de bandas criminales, no sería descabellado entender que el plan es forzar el éxodo hacia República Dominicana y tratar de impedir repatriaciones de ilegales por razones humanitarias. Ante su colapso total, miran para otro lado.
Para República Dominicana llega la hora cero de definición. Las repatriaciones deben arreciar y el muro acelerarse.
El mensaje a la comunidad internacional debe ser fuerte e inequívoco: Vamos a defender la República.
Creo que la Cumbre de las Américas es un magnífico escenario para que el presidente Abinader planteé la crisis haitiana y la peligrosa derivación que puede tener para la paz y estabilidad dominicana.
Que el mensaje llegue fuerte y claro: Queremos evitar a toda costa un choque de poblaciones, pero no podemos más. República Dominicana no cargará con los problemas de Haití.
El pueblo tiene mucha fe de que, por encima de las presiones que habrá de recibir, el presidente Abinader defenderá el país. Es un compromiso con su pueblo que lo eligió y con la memoria de su padre, don Rafael Abinader, que siempre estuvo claro sobre el peligroso problema de Haití sobre nuestro país.