Miles de manifestantes indígenas abandonaron Quito la noche del jueves luego de un acuerdo con el gobierno para rebajar el precio de los combustibles y poner fin a más de dos semanas de protestas por el alto costo de la vida que dejaron seis muertos.
«Seguramente estamos cansados (…) Así que toca regresar a la casita», dijo el líder de la protesta, Leonidas Iza, ante unos 4.000 indígenas que coparon la Casa de la Cultura, un lugar simbólico para ellos en Quito.
El mandatario conservador Guillermo Lasso celebró en Twitter: «Hemos alcanzado el valor supremo al que todos aspiramos: paz en nuestro país».
«Terminó el paro. Ahora empezamos juntos la tarea de transformar esta paz en progreso, bienestar, y oportunidades para todos», agregó.
Los aborígenes retornaban de manera pacífica en buses y camiones, ondeando banderas de Ecuador y la wiphala de los pueblos originarios, constataron periodistas de la AFP.
El pacto prevé una reducción de cinco centavos por galón en el precio del diésel y gasolina, adicional a los 10 centavos ya cedidos por el Ejecutivo. Los aborígenes exigían un recorte de 40 centavos.
Con la mediación de la Iglesia católica, Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), y Francisco Jiménez, ministro de Gobierno, firmaron el acuerdo que estableció el cese de las manifestaciones y fija la creación de una mesa de diálogo.
El Ejecutivo además deberá levantar un estado de excepción que habilitó la presencia de militares en las calles de cuatro provincias debido a «actos violentos» y desabastecimiento a causa de las protestas.
El acuerdo también prevé la derogatoria de un decreto para la entrega de nuevos campos petroleros y la reforma de otro para limitar la extracción de minerales en territorios indígenas y zonas de protección hídrica.
En el acto, celebrado en la sede de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), los dirigentes indígenas se tomaron las manos formando una cadena y las levantaron en señal de triunfo.
Marchas y cortes de rutas
Las nuevas cotizaciones de combustibles entrarán en vigencia una vez que el mandatario emita un decreto.
Lasso, quien asumió el poder hace 13 meses, se salvó el martes de ser destituido por el Congreso, donde una oposición mayoritaria pero dividida lo responsabilizó de la crisis política. A sus detractores les faltó doce votos para reunir los 92 para cesarlo.
Un intento previo de negociaciones entre gobierno e indígenas había sido suspendido por Lasso el martes, un día después de iniciado, tras un ataque a un convoy de militares y policías en la Amazonia atribuido a manifestantes, con saldo de un uniformado fallecido y otros 12 heridos.
Las manifestaciones, que derivaron en choques con la fuerza pública y marchas de unos 10.000 indígenas en Quito, dejaron al menos seis muertos y 600 heridos, entre agentes y manifestantes, y 150 detenidos, según diversas fuentes.
Otras 4.000 personas también se movilizaron fuera de la capital, llegando a interrumpir vías en 19 de las 24 provincias.
Para abrir la vía del diálogo, Lasso dispuso el domingo bajar en 10 centavos de dólar los precios del galón de diésel (a 1,80 dólares) y de la gasolina corriente (a 2,45 dólares), lo que representa para el Estado unos 230 millones de dólares al año.
Antes ya había elevado de 50 a 55 dólares un bono económico para los más pobres y condonado deudas de campesinos de hasta 3.000 dólares con la banca pública.
«Preparar jornadas de lucha»
la Conaie mantiene el pedido de focalizar para los campesinos más subsidios a combustibles, que antes de las protestas ya representaban 3.000 millones de dólares anuales.
«La focalización de los subsidios debe llegar a los que más necesitamos», expresó el líder indígena en su mitin en el centro cultural, en el que se congregaron los nativos después de permanecer con escudos artesanales en las afueras de la sede de la CEE.
La Conaie, que participó en revueltas que derrocaron a tres presidentes entre 1997 y 2005, señaló por Twitter que en noventa días evaluará el cumplimiento de los acuerdos.
Antes de despedirse de sus «compañeros», Iza los llamó a la unidad para «preparar las siguientes jornadas de lucha», con miras a «conseguir sociedades más justas e incluyentes».
Lasso a su vez se reunió con su gabinete ministerial para «continuar la coordinación de las mejores acciones en beneficio de los ecuatorianos», según señaló él mismo por Twitter.
La Conaie también encabezó en 2019 protestas contra la eliminación de subsidios a los combustibles, que dejaron once muertos.
Los indígenas representan un millón de los 17,7 millones de ecuatorianos.
Ecuador estimó pérdidas por 50 millones de dólares por cada día de manifestaciones, que redujeron a menos de la mitad la producción de petróleo (de 520.000 barriles diarios al 12 de junio) y amenazaban con detener toda la actividad hidrocarburífera.
AFP