Los gobiernos europeos se están movilizando contra los oligarcas rusos para presionar al presidente ruso Vladimir Putin a fin de que dé marcha atrás en su guerra en Ucrania, incautando superyates y otras propiedades de lujo de multimillonarios incluidos en las listas de sanciones.
Italia ha incautado desde el viernes 143 millones de euros (156 millones de dólares) en yates y villas de lujo en algunos de sus destinos más pintorescos, incluidos Cerdeña, la costa de Liguria y el lago Como.
“Debemos ser capaces de detener el ataque de Putin, traerlo a la mesa de negociaciones y él no irá con sutilezas”, afirmó el viernes el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Luigi Di Maio, a la televisión estatal italiana. El ministro anunció los planes de Italia para comenzar las incautaciones de propiedades pertenecientes a oligarcas cercanos a Putin.
La policía financiera italiana actuó rápidamente, al incautar el superyate “Lena” perteneciente a Gennady Timchenko, un oligarca cercano a Putin, en el puerto de San Remo; el “Lady M” de 65 metros (215 pies) propiedad de Alexei Mordashov en la cercana Imperia. El superyate tiene seis suites y un valor estimado de 65 millones de euros, así como villas en la Toscana y Como, según funcionarios del gobierno.
También fue confiscada la villa del magnate ruso-uzbeko Alisher Usmanov en la elegante Costa Esmeralda del norte de Cerdeña, que desde hace mucho tiempo ha sido un sitio favorito de los más ricos del mundo.
Funcionarios alemanes negaron esta semana versiones de que habían incautado el yate de Usmanov en el puerto de Hamburgo. Según el gobierno británico, el oligarca también posee la mansión Beechwood House en Highgate, con un valor estimado de 48 millones de libras, y la finca Sutton Place del siglo XVI en Surrey.
Los activistas dicen que perseguir a los oligarcas equivale a perseguir a Putin.
“Vladimir Putin guarda todo su dinero con los oligarcas”, aseguró William Browder, un financista y activista de derechos humanos nacido en Estados Unidos y radicado en Londres. Browder fue alguna vez un importante inversionista en Rusia, pero tuvo problemas con el gobierno a fines de la década del 2000.
El Ministerio de Economía de Alemania dijo que el gobierno estaba en proceso de “implementar rápida y efectivamente las sanciones de Rusia”, pero se negó a decir públicamente qué activos habían sido incautados, si es que había alguno.
Hasta el momento, las autoridades francesas han incautado un yate vinculado a Igor Sechin —un aliado de Putin que dirige el gigante petrolero ruso Rosneft— en el balneario mediterráneo de La Ciotat, donde llegó en enero para ser reparado. Funcionarios franceses dijeron el jueves que la tripulación se estaba preparando para una partida urgente cuando llegaron los agentes, incluso cuando las reparaciones aún estaban en marcha.
Gran Bretaña, que desde hace mucho tiempo ha sido un refugio de los oligarcas, está bajo presión para hacer más. Un hombre de confianza de Putin, Roman Abramovich, propietario del club de fútbol Chelsea, dijo esta semana que lo pondría a la venta. No ha sido sancionado, pero políticos de la oposición y miembros del partido del primer ministro Boris Johnson han preguntado por qué no.
Reino Unido ha congelado los activos de las personas en su propia lista y está realizando cambios en la ley para que sea más fácil perseguir a los que están en las listas de los países aliados después de las críticas de que ha sido demasiado lento para actuar. Aun así, tomará mucho tiempo desentrañar sus activos, ya que muchos están en compañías ficticias.
AP