TOKIO.- El fabricante de automóviles Nissan Motor ha confirmado que va a despedir a aproximadamente 20.000 empleados en todas sus plantas mundiales hasta 2027, lo que equivale al 15% de su plantilla global.
El recorte se producirá entre abril de ese año y marzo de 2028 y afectará a sus fábricas de Japón y países del extranjero, entre ellos España. La motivación sería un menor número de ventas del esperado.
En febrero de este año, la tercera automovilística japonesa por volumen de ventas ya trasladó que implementaría un programa de reestructuración que incluye una reducción de costes, entre ellos gastos fijos y recortes de plantilla. De hecho, la cifra comunicada este martes supone más del doble de los 9.000 despidos que anunció en noviembre de 2024, todo ello tras la caída de sus ventas en Estados Unidos y China, que provocó una caída del 94% en los ingresos netos del primer semestre.
Además de estos despidos, la compañía reducirá el número de plantas de fabricación de vehículos en todo el mundo desde las 17 actuales hasta 10, de forma que recortará su volumen de producción global en un 30%, excluyendo a China.
La decisión de la multinacional se ha trasladado a las bolsas y, poco después de la apertura de sesión, las acciones de Nissan avanzaban un 5,45% en el mercado bursátil tokiota. Además, se ha trasladado un día antes de la presentación de los resultados financieros de su último ejercicio fiscal, que abarcó del 1 de abril de 2024 al 31 de marzo de 2025.
Pérdidas netas de más de 4.000 millones de euros en 2024
Según ha trasladado este martes, Nissan Motor cerró su ejercicio fiscal de 2024 con unas pérdidas netas de 670.900 millones de yenes (unos 4.080 millones de euros), castigado principalmente por la fuerte depreciación de activos y el encarecimiento de sus costes operativos. Los resultados confirman una situación que su cúpula directiva ha definido como «muy compleja» y ante la que han destacado que necesitan tomar destacaron medidas «urgentes».
Sus pérdidas netas contrastan con los beneficios netos de 426.600 millones de yenes (2.593 millones de euros) obtenidos el año anterior, y se atribuyen principalmente a la fuerte depreciación de sus activos y al encarecimiento de sus costes operativos. El resultado operativo de la compañía se desplomó un 87,7% interanual, hasta los 69.800 millones de yenes (unos 424 millones de euros), mientras que su facturación se redujo ligeramente un 0,4%, hasta los 12,63 billones de yenes (unos 76.800 millones de euros).
«El año fiscal 2024 ha sido un gran desafío para nosotros, y prevemos que estos desafíos continuarán en 2025», dijo el director financiero de Nissan, Jeremie Papin, durante la presentación de los resultados.
Las cifras no incluyen el impacto de los aranceles a las importaciones de vehículos aplicados por Estados Unidos, que entraron en vigor el pasado mes abril y que se espera que tengan un efecto negativo de 450.000 millones de yenes (2.739 millones de yenes) en las cuentas de Nissan para el ejercicio en curso.
Dificultades económicas agravadas por los aranceles de Trump
Aunque todavía no se vea reflejado en sus cuentas, las dificultades económicas de Nissan se han visto acentuadas por la agresiva política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, que ha implementado una subida del 25% de los aranceles a las importaciones de vehículos extranjeros. Así, el gravamen para las importaciones niponas del sector se sitúa en el 27,5%. Los fabricantes japoneses tienen en Estados Unidos uno de sus mayores mercados y suelen realizarle exportaciones desde países vecinos.
Dentro de esta reestructuración, Nissan ha anunciado también su cese de producción en Argentina, con la consolidación de sus camionetas en México, así como el descarte de su plan de construir una nueva fábrica de baterías para vehículos eléctricos en la ciudad japonesa de Kitakyushu, en el sudoeste del archipiélago.
AGENCIAS