«Vamos a cerrar la agencia Télam que ha sido utilizada durante las últimas décadas como agencia de propaganda kirchnerista», declaro el presidente de Argentina, Javier Milei, en referencia a la expresidenta Cristina Kirchner.
Sin embargo, Milei no brindó mayores detalles sobre del proceso de cierre del medio de comunicación creado hace 78 años.
En febrero, el presidente ultraliberal había decretado la intervención por el plazo de un año de todos los medios de comunicación estatales para «modificar la estructura orgánica y funcional».
La medida incluía la radio y televisión pública, así como la agencia Télam, el portal educativo Educ.ar, el Polo de Producción Audiovisual y el Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (Bacua).
La agencia noticiosa Télam cuenta con más de 700 empleados, corresponsales en todas las provincias del país, al tiempo que emite más de 500 cables por día con información nacional, unas 200 fotografías y contenidos de video, radio y redes sociales.
Télam ya había sufrido una profunda crisis en 2018 cuando hizo frente a un despido masivo de 357 trabajadores, muchos de los cuales fueron restituidos en sus puestos de trabajo por orden judicial.
«CON O SIN» APOYO POLÍTICO
El explosivo presidente argentino también se ilustro el viernes asegurando ante el Congreso que su plan de reformas ultraliberales seguirá avanzando «con o sin el apoyo de la dirigencia política».
«Nuestras convicciones son inalterables, ordenaremos las cuentas públicas con o sin la ayuda del resto de la dirigencia política», dijo el presidente, al asegurar que si el Congreso no aprueba sus reformas, utilizará «todos los resortes legales del poder ejecutivo nacional».
«Si lo que buscan es el conflicto, conflicto tendrán», añadió.
Milei resumió las medidas tomadas en sus 82 primeros días de gobierno, en los que puso en práctica draconianos ajustes fiscales. Al aumento acelerado en precios de alimentos y medicamentos, se sumó la quita de subsidios en los servicios públicos, que causó un ajuste abrupto de las tarifas.
A los argentinos, que padecen una inflación de más de 250% interanual y una pobreza que alcanza a más del 50% de la población, «les pido paciencia y confianza», dijo el mandatario.
El presidente convocó a todo el arco político a firmar un nuevo «contrato social» de diez puntos ya establecidos, entre los que enumeró la defensa «inviolable» de la propiedad privada y el equilibrio fiscal «innegociable».
Milei llamó a firmar el «Pacto de Mayo» en la provincia de Córdoba (centro) el 25 de ese mes, aniversario de la Revolución de 1810 que condujo a la independencia Argentina de la corona española en 1816.
«IDIOTAS ÚTILES»
Diez días después de asumir, Milei había lanzado un decreto presidencial (DNU) que modificó o derogó más de 300 normas para una profunda desregulación de la economía, pero la iniciativa acumuló decenas de cautelares que cuestionan su constitucionalidad y su capítulo laboral está suspendido por la Justicia.
Luego envió al Congreso la llamada «Ley ómnibus» con 664 artículos, pero el proyecto no tuvo apoyo suficiente en el Congreso y Milei ordenó retirarlo.
A los dirigentes políticos opositores que criticaron el DNU los llamó entonces «idiotas útiles». A los diputados, propios y ajenos, que no aprobaron los artículos de la «Ley ómnibus», los catalogó de traidores.
El Fondo Monetario Internacional, que prevé una contracción económica de 2,8% en 2024 para Argentina, saludó las medidas tomadas por el gobierno pero recomendó que éstas se calibren para proteger a los sectores sociales más pobres.
En 2018, bajo la presidencia de Mauricio Macri, Argentina contrajo una deuda con el organismo por 57.000 millones de dólares, de los cuales recibió algo más de 44.000 millones en un programa que sigue vigente.
RFI