POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- Entiendo que la intención de los miembros de la Digesett es buena. Me parece que quien da la orden de “organizar” el tránsito cada día en el Distrito lo hace para “agilizarlo”. Sin embargo lo que he vivido y observado en las últimas dos semanas en algunas vías, está dando resultados contrarios.
Cuando se construyeron los túneles y elevados de las avenidas 27 de Febrero y John F. Kennedy, se nos vendió la idea de que serían vías CASI expresas. En realidad esas obras han sido un ALIVIO para el caos en el tránsito.
Lo que no entiendo es la “fórmula” que aplican, hace algunos días, los agentes de la Digesett para regular el tránsito en la 27 de Febrero y en la Kennedy.
He vivido lo que sucede en la 27 de febrero, al final del elevado, donde se colocan conos para impedir el acceso hacia el pequeño túnel de la Máximo Gomez, provocando un taponamiento infernal desde Caribe Tours hasta el Centro Olímpico.
Acepto que hagan “experimentos” para agilizar el tránsito, pero si los resultados son negativos, porqué insistir con el mismo error. Lo propio pasa en la Kennedy. Se muestra falta de planificación.
Es una fórmula distinta cada día. Creo que si de verdad se pretende organizar el tránsito se deben realizar estudios formales que muestren la realidad de los taponamientos. Lo que sucede ahora es una muestra diaria de improvisación, que agrava el caos, incomoda e irrita a choferes y conductores.
Improvisando seguiremos viviendo en la ciudad del caos, con el consumo excesivo de combustible, aumento del estrés y la indignación, con palabras impublicables incluidas, en contra de los agentes que, en la mayoría de los casos, solo cumplen la orden dada por un oficial de mayor rango que, desde su escritorio, ordena cerrar o abrir vías sin pensar en el desorden que provoca.