La Comisión Europea (CE) recordó este martes que desde el pasado enero recomienda limitar a “viajes esenciales” el flujo de personas provenientes de Brasil o de otras regiones afectadas por nuevas cepas de coronavirus, como la sudafricana.
“La Comisión se tomó estas variantes muy en serio desde principios de año” y apoya “la idea de tener un enfoque europeo más fuerte en cuanto a las regiones” de forma que se limiten los desplazamientos “solo a viajes esenciales” desde aquellas zonas con nuevas cepas, indicó en rueda de prensa el portavoz comunitario de Interior, Adalbert Jahnz.
Además, los viajeros “deberían de ser sometidos a medidas mucho más severas que antes cuando vienen de estas regiones con variantes” como cuarentenas obligatorias, añadió.
La Comisión respondió así a las preguntas de la prensa sobre el peligro que pueda representar la llegada de nuevas variantes a la Unión Europea, y en particular de la cepa brasileña, que parece estar generando un aumento de casos en el continente americano y de la que ya se han detectado infecciones en la UE.
El Consejo, institución donde están representados los países, adoptó el pasado febrero una “recomendación” en la que instaba a los Estados a aplicar un estricto esquema para discriminar los flujos de personas con terceros países en función de su situación epidemiológica.
Recomendaba, entre otras medidas, restringir las entradas de viajeros de áreas con más de 25 casos nuevos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes durante los últimos 14 días y más de 300 pruebas por cada 100.000 habitantes en los 7 días anteriores y “en particular si se han detectado variantes preocupantes del virus”.
El portavoz comunitario de Salud, Stefan de Keersmaecker, señaló, no obstante, que la Comisión se ha dotado de la Incubadora HERA, una herramienta del nuevo plan europeo de preparación para la biodefensa.
Bruselas financia a través de ese mecanismo sistemas de detección rápida de nuevas variantes y secuencia genética y espera también agilizar la aprobación de vacunas e impulsar un incremento de la producción de dosis.
En cuanto a las dudas sobre la vacuna china Sinopharm, que Hungría ha adquirido al margen del sistema de compras conjuntas gestionado por Bruselas, la Comisión señaló que es responsabilidad exclusiva de Budapest lidiar con ese asunto y no descartó que los vacunados con dosis chinas u otras puedan quedar excluidos del futuro certificado de vacunación.
El portavoz jefe de la Comisión, Eric Mamer, señaló que la posición del Ejecutivo comunitario es “cristalina” respecto a esa iniciativa en trámite en los órganos legislativos de la UE y que pasa por el “reconocimiento automático de los certificados de vacunación” de las dosis certificadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
“Si los Estados miembros no consideran una vacuna segura, pueden no extender el certificado”, agregó.
Esto, a su vez, acarrearía problemas de igualdad de derechos entre los propios ciudadanos de un Estado en función de la vacuna que tuvieran.
Por su parte, el portavoz de Salud de la CE destacó la absoluta prioridad en la estrategia de compra de la Comisión de garantizar que las vacunas incluidas en las adquisiciones conjuntas para toda la UE son seguras.
“La vacuna china no forma parte de nuestras recomendaciones”, señaló De Keersmaecker, quien agregó que las capitales tienen la posibilidad de comprar vacunas fuera del sistema de la Comisión, pero entonces “es responsabilidad de los Estados miembros hacer el seguimiento necesario” del fármaco.