POR MARCOS SANTOS. – El presidente Luis Abinader, fue enfático en afirmar que en su gobierno “vamos a desaparecer la impunidad, que, por décadas y años, siempre existió aquí; aún sean con acciones del propio Gobierno”, esas fueron parte de sus palabras pronunciadas durante La Semanal celebrada este lunes 29 de septiembre en la ciudad de Santiago de los Caballeros.
La corrupción es prácticamente imposible impedirla, porque depende de la honestidad de las personas que manejan los fondos públicos.
Ahora bien, una vez descubierta la corrupción en la administración pública, corresponde al propio Gobierno dar los primeros pasos, si así lo amerita el caso, para impedir que el robo en contra del pueblo quede impune, es decir, que no haya impunidad.
En todos los gobiernos que hemos tenido desde 1966 hasta la fecha, ha habido actos dolosos en contra de las arcas del Estado, y lamentablemente, en la inmensa mayoría de esos casos, hay impunidad, lo que fomenta, ante la falta de consecuencias, que muchos de los que llegan a un cargo público, vayan a robar.
Sin embargo, el hecho de que desde hace decenas de años, políticos inescrupulosos se han robado el país entero, eso no significa que debemos claudicar en la lucha y en nuestros reclamos para ponerle fin a la corrupción y a la impunidad.
En estos tiempos, en los cuales existen más controles, y se quiere más transparencia, igualmente del mismo modo, tenemos a nuestra disposición más canales para denunciar los posibles actos de corrupción, y alertar a las autoridades a actuar en consecuencia ante cualquier denuncia sea de un ciudadano en particular, o de una institución.
Debemos convertirnos en veedores de los fondos públicos, debemos estar más comprometidos con el uso transparente y eficaz de los dineros del pueblo.
Debemos y podemos exigirles a los funcionarios del gobierno, rendición de cuentas de cada peso que estos manejan.
No dejemos solo al presidente Abinader en su lucha contra la corrupción y la impunidad.
Dejemos la apatía a un lado, porque se trata del presente y del futuro del pueblo dominicano.
El presidente, ha dado muestras fehacientes de que quiere ser recordado como un jefe de Estado, que luchó, que no toleró, actos de corrupción en su gobierno, y que, por tal motivo, ha apartado a amigos y compañeros de luchas políticas de sus cargos, cuando estos son señalados como eventuales corruptos.
Eso no sucedía en los gobiernos anteriores, donde había demasiada permisividad por parte de los presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina.
Apoyemos al presidente Luis Abinader en esta cruzada para intentar acabar con un flagelo, que se ha llevado la esperanza de una mejor calidad de vida de millones de nuestros compatriotas.
EL AUTOR ES DIRECTOR DE CALLE56.COM