Las fuerzas de defensa antiaérea del Ejército han «interceptado y destruido» durante la madrugada del sábado cerca de una cuarentena de drones ucranianos sobre distintas regiones del país, incluidas Kursk o Briansk y puntos sobre el mar de Azov, según las autoridades de Rusia.
«Durante la pasada noche, cuando el régimen de Kiev intentó llevar a cabo ataques terroristas utilizando vehículos aéreos no tripulados contra objetivos en el territorio de Rusia, los sistemas de defensa aérea de servicio destruyeron e interceptaron 37 vehículos aéreos no tripulados ucranianos», ha explicado el Ministerio de Defensa del país en un comunicado compartido a través de Telegram.
Desde Defensa han matizado que, al menos doce de esos drones han sido destruidos sobre el territorio regional de Kursk y el de Krasnodar, otros siete vehículos aéreos no tripulados han sido derribados sobre la región de Briansk; cinco más en terreno de Oriol y un último sobre el mar de Azov.
INCENDIO EN INFRAESTRUCTURA DE COMBUSTIBLE
El gobernador de la región de Oriol, Andréi Klichkov, ha denunciado que, fruto de la agresión, se ha registrado un incendio en las instalaciones de una infraestructura regional de combustible, sin que haya habido que lamentar ninguna víctima.
«Como resultado del ataque enemigo nocturno, once drones enemigos fueron destruidos por nuestras fuerzas de defensa aérea sobre la región de Oriol. El incendio en la instalación de infraestructura de combustible dañada fue localizado, los servicios operativos realizan labores adicionales para eliminar por completo las consecuencias», ha agregado el gobernador regional por medio de la misma plataforma.
Estas agresiones tienen lugar después de que las autoridades ucranianas notificaran este viernes un «ataque masivo» por parte del Ejército de Rusia contra su sistema energético, con el lanzamiento de misiles y drones contra la capital, Kiev, y numerosas provincias, tras la promesa hecha la víspera por Moscú de responder a un ataque por parte de Ucrania contra una base aérea en la ciudad de Rostov, situada en el suroeste de Rusia, en el que habría empleado misiles ATACMS de fabricación estadounidense.
EUROPA PRESS