Cada año la diabetes causa la muerte de 1.5 millones de personas en el mundo. Según la 10° versión del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (IDF), en Centro y Sur América, 1 de cada 11 adultos vive con esta enfermedad, esto representa 32 millones de personas.
En tanto que, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca que aproximadamente 62 millones de personas en todas las Américas tienen diabetes y la mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos.
Las cifras no son mejores para República Dominicana, donde 10 de cada 100 adultos es diabético; es decir, de 865,300 personas, de las cuales aproximadamente el 50% desconocen que padecen la patología, según el reporte de la IDF.
Recomendaciones expertas
Lo ideal es realizar chequeos rutinarios para poder identificar la enfermedad a tiempo y que esta sea tratada de manera adecuada, recomendación que también aplica para las personas que, si bien están diagnosticadas, por diferentes factores, no tienen la enfermedad debidamente controlada, como es la situación de entre el 50% y el 70% de los casos en las Américas.
Ante esta situación, el Dr. Rony Calderón, gerente médico de Sanofi, aclara cuáles son algunos de los principales síntomas de esta enfermedad con la cual vive aproximadamente al 10% de la población mundial, “sed excesiva, ganas de ir frecuentemente a orinar, hambre constante, falta de energía, visión borrosa, curación lenta de las heridas y pérdida de peso. Aunque en fases tempranas puede no tener ningún síntoma, por lo que es importante llevar el control a través de exámenes de sangre.”, explicó.
Vale la pena mencionar que los tres tipos más comunes de diabetes son: tipo 1, con aparición más habitual en niños y adolescentes; tipo 2, que es la más común y se asocia frecuentemente con estilos de vida poco saludables. Por otra parte, la diabetes gestacional es la que se diagnóstica durante el embarazo.
En la diabetes tipo 2, dado que el daño en las células que producen insulina suele ser gradual o hay resistencia a la insulina, presenta síntomas más tardíamente y es más difícil de diagnosticar si se tienen en cuenta solamente los síntomas. Por esto, es recomendable que las personas asistan periódicamente al médico a un chequeo de los niveles de azúcar en sangre al menos una vez cada 12 meses, especialmente después de los 35 años. Es importante hacerse seguimiento desde una edad más temprana en caso de contar con factores de riesgo que puedan hacer a una persona más propensa a ser diagnosticada con diabetes tales como: el sedentarismo, el sobrepeso u obesidad, la hipertensión e historia familiar de diabetes.
Además de asistir a los controles médicos, tener buena alimentación y hacer ejercicio, con el paso de los años han surgido nuevas alternativas de tratamiento que hacen que la diabetes cada vez sea más fácil de controlar, siempre y cuando exista mucha constancia y compromiso para adherirse a lo que el equipo médico multidisciplinario haya ordenado.
Entre los tratamientos más comunes para el control de la diabetes, y dependiendo del estado de la enfermedad y el paciente, está el uso de inyecciones de insulina, que cumple la misma función que la insulina que produce el páncreas y es permitir que el azúcar (glucosa) pueda pasar de la sangre a las células y convertirse allí en energía. La administración de insulina tiene como objetivo que el paciente alcance sus metas de control de glucosa y de esta manera, prevenir las complicaciones de esta patología.
La vacuna contra la influenza
“En el caso específico del casi un millón de personas que viven con diabetes en el país, según la IDF, está demostrado que la vacunación anual contra la influenza además de disminuir el riesgo de contraer la enfermedad puede reducir en un 25% la mortalidad y hasta en un 79% el riesgo de hospitalización, en el caso de que existiera una infección por el virus de la influenza”, añadió el Dr. Calderón.
Otras de las recomendaciones que hace el especialista:
- Revisar con frecuencia y mantener controlados los niveles de azúcar en la sangre y hemoglobina glicosilada.
- Hacer ejercicio, idealmente de 3 a 4 días por semana en sesiones de al menos 45 minutos.
- Alimentarse saludablemente.
- Atender y cumplir las recomendaciones médicas y asistir a los controles cumplidamente.
- Tener un gran cuidado de las extremidades inferiores pues en algunos casos se puede perder la sensibilidad y una herida no detectada a tiempo podría desencadenar en amputaciones.
Los controles y cuidados ante esta enfermedad también pueden prevenir complicaciones relacionadas con pérdida de la visión, insuficiencia renal, accidentes cardiovasculares o infartos al miocardio. La experta concluye con que, si bien existen factores genéticos que pueden influir en el desarrollo de la diabetes tipo 2, como la herencia, es muy importante llevar un estilo de vida saludable pues de esta manera es posible retrasar o incluso prevenir la aparición de la misma.