La Sociedad Dominicana de Pediatría organizó un encuentro donde se expuso el impacto de la deficiencia de micronutrientes en el desarrollo del infante a corto y largo plazo, agudizado por la post pandemia, no sólo por falta de alimentos, sino por lo que están comiendo nuestros niños.
Rosa Acevedo Saladín, pediatra nutrióloga y ponente invitada, explicó que la malnutrición no sólo está asociada a la desnutrición como muchos piensan, sino también que abarca al sobrepeso y la obesidad, así como a una alimentación inadecuada, la cual ha aumentado durante la pandemia del COVID-19 dejando alteraciones importantes en el desarrollo físico, neurológico y conductual de muchos pacientes.
“La deficiencia de micronutrientes en el niño afecta sus necesidades y funciones fisiológicas, su crecimiento y respuesta ante enfermedades. También aumenta la posibilidad de enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta, así como afecciones cardiovasculares y/o metabólicas, que pueden presentarse más tarde en la vida”, explica la doctora Acevedo Saladín.
Añadió que la carencia de vitaminas y minerales en el niño tiene un efecto que lo altera a largo plazo de no corregirse a tiempo, desde efectos funcionales, como retraso en su crecimiento y neurodesarrollo, así como aspectos metabólicos e inmunológicos.
Aunque señala que todas las etapas para cuidar la alimentación son importantes, el tiempo del embarazo y período del bebé hasta los dos años de vida sigue siendo esencial para garantizar un estado óptimo en su salud.
Nutrición en la pandemia
Informes internacionales revelan que la afectación de la seguridad alimentaria a nivel global, disponibilidad de alimentos, accesibilidad y facilidades a niños fuera de la escuela se redujo considerablemente en la pandemia.
Esto tuvo como resultado mayores tasas de desnutrición y aumento de la obesidad, los cuales tuvieron dependientes de cada nivel socioeconómico, problemas de salud mental y un Covid prolongado.
Todos estos factores incidieron en la prevalencia de alteraciones de micronutrientes en las personas.
En la actualidad, una de cada tres personas es afectada a nivel global, lo que se refleja en más de dos billones de personas, siendo más del doble de los 805 millones que sufren privación de alimentos.
Mayor incidencia
A nivel mundial, el hierro es el micronutriente de mayor deficiencia en infantes; en Latinoamérica se posiciona en el primer lugar, seguidos del calcio, la vitamina A, Folato, Zinc, y la vitamina D.
Factores de alerta
Dentro de los factores de riesgo es importante que la población conozca qué tomar en consideración y cuándo es necesario buscar una evaluación médica.
Acevedo comentó que hay que tomar en cuenta los comentarios de los profesores en la escuela y los diferentes ambientes que se mueve el niño. “Si el niño se duerme o se distrae con facilidad, hay que evaluarlo ya que usualmente son los primeros signos antes de que el niño se vea pálido y tenga otras reacciones físicas” hizo hincapié la nutrióloga clínica.
La historia clínica y dietética le dará la información al pediatra de qué tan diversa es la alimentación de un niño. Mientras más diversa e integral son sus comidas (cereales y legumbres, proteínas, lácteos, frutas y verduras) menor necesidad de suplementación puede requerir el paciente.
“El pediatra no evalúa nutrimentos sino la alimentación completa del niño. Si la alimentación es balanceada, ya está recibiendo todo lo que necesita; si en la evaluación física encuentra algo puntual que le llame la atención, entonces si se pasa a otros estudios” aclaró la experta.
La Sociedad Dominicana de Pediatría realiza estos encuentros de actualización, a fin de mantener en constante actualización a sus especialistas y residentes con el propósito de brindar un mejor abordaje y cuidado de la salud de cada niño, niña y adolescente.