SANTO DOMINGO.- En medio de una tragedia que conmovió al país, que tuvo lugar en la madrugada del martes 8 de abril en la discoteca Jet Set de Santo Domingo, los dominicanos se unieron para ayudar en todos los ámbitos de la sociedad.
El modo de afrontar la tragedia, que ha dejado 222 víctimas mortales y 188 heridos, mostró a un pueblo cercano que sabe responder ante la llamada de socorro de sus compatriotas.
Los voluntarios: un factor clave en la zona cero
Inmediatamente después del derrumbe del techo de la discoteca, dominicanos de todas las clases sociales se unieron para ayudar en el Jet Set. Martes, miércoles y jueves fueron unos días donde la caridad y el compañerismo invadieron la zona cero.
En los alrededores del dispositivo de búsqueda, multitud de voluntarios ofrecieron todo tipo de refrigerios y comida a las personas que estaban en situación vulnerable. En diferentes puntos, dominicanos de forma desinteresada ofrecían agua y refrescos para soportar el calor. Algunos otros, caminaban ofreciendo comida.
Hubo personas que trajeron sus vehículos cargados con provisiones, otros incluso llenaron una carretilla y recorrieron la zona cero brindando refrigerios a los que esperaban angustiados.
Hubo empresas vendedoras de café y chocolate, por ejemplo, que instalaron carpas y se unieron a la causa. Por otro lado, se habilitaron puntos de donación de sangre en distintos puntos de Santo Domingo a los que acudieron cientos de personas.
Los grupos de oración
En una sociedad de mayoría cristiana, no faltaron aquellas personas que se acercaron al lugar para dar apoyo a las familias de los desaparecidos. Aquellos dominicanos en situación vulnerable y tristeza, pudieron unirse en círculo y orar los unos por los otros.
En mitad de la tragedia, «Dios estuvo con los dominicanos», o visto de otro modo, «los dominicanos acudieron a Dios». «Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mat 18-20).
República Dominicana tiene aliados
La tragedia y el llamado de socorro también mostraron algo bueno a nivel internacional: República Dominicana no estuvo sola en ningún momento. Rescatistas de distintos puntos del mundo acudieron a la petición de auxilio.
Tan solo cuatro horas después del derrumbamiento, un equipo de rescatistas de Puerto Rico ya estaba listo y partiendo hacia Quisqueya para ayudar. Por otro lado, la Embajada de Israel trajo a siete rescatistas desde México, que también fueron clave en las labores de búsqueda.
Incluso había un rescatista dominicano con nacionalidad española, perteneciente a la Armada de España, que se encontraba de vacaciones en el país y no dudó ni un momento en ponerse el uniforme y auxiliar a sus compatriotas en la zona cero.
Los hospitales: transparentes y eficaces
Cuando sonaron las alarmas, se habilitó un circuito de ambulancias que llevaron a los heridos hacia distintos hospitales y centros médicos privados de la capital.
Los hospitales, volcados en afrontar la situación y con mucho personal sanitario haciendo horas de más, fueron eficaces, pero, sobre todo, transparentes.
Los centros médicos fueron rápidos a la hora de publicar comunicados con partes de heridos, esto facilitó que los familiares pudieran encontrar a sus seres queridos y darles apoyo. Además, facilitaron la labor de la prensa, que tenía la obligación de difundir de forma responsable y rápida esos listados.
El operativo de búsqueda: de un alto nivel
Tan solo una hora después de la tragedia, la zona cero tenía a 300 rescatistas trabajando en labores de socorro y búsqueda. Además, fueron rápidos en iluminar la zona y establecer un perímetro de seguridad.
Las diferentes fuerzas del Estado se unieron en colaboración para afrontar la situación de la forma más eficaz posible. De este modo, se llevó un operativo a la altura de las circunstancias. Una reacción de muy alto nivel.
Acceso a la prensa
En una tragedia de estas características, el ciudadano tenía el derecho fundamental de estar informado de lo que ocurría. El Gobierno, a través de todos los organismos del Estado, facilitó el acceso de la prensa, sin poner dificultades, para que se pudiera proteger el derecho a la información.
Altos mandos del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) atendieron a los medios con rapidez y transparencia para dar novedades sobre las tareas de búsqueda. La zona cero pudo ser documentada por medios nacionales e internacionales, tanto la prensa escrita como televisión.
MIGUEL CAIRETA SERRA