Los primeros casos de la variante delta en México se dieron a conocer a principios de mayo. Y, aunque durante semanas la cifra de casos conocidos se contaban por decenas, ya es la versión dominante del virus en Ciudad de México, la zona más afectada por la pandemia en todo el país.
La cepa se mueve rápido. El epidemiólogo Gustavo Olaiz calculaba que para finales de agosto, nueve de cada diez casos iban a ser de esta variante, pero el cambio se está produciendo mucho antes de lo previsto.
“Ya está con nosotros, ya está dominando ahora”, afirma el director general del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud de la UNAM. Delta está en el centro de la tercera ola de contagios, con los jóvenes y las personas que no se han vacunado como grandes protagonistas.
Esa tendencia ya se está reflejando en los datos en clave regional. En las últimas cuatro semanas, son identificables como delta más de la mitad de las muestras enviadas por México a GISAID, la entidad de referencia en la recopilación de datos mundiales sobre la evolución genética del virus: unas 528 en total.
Solo Brasil presenta una proporción mayor, y probablemente se deba a que tiene menos muestras registradas en total: esta métrica no es todo lo precisa que cabría desear, porque depende enormemente de la cantidad de observaciones practicadas e informadas por cada país.
En estos últimos tiempos, México mantiene uno de los reportes más completos. Ello no quiere decir que delta esté sobrerrepresentada en sus muestras, sino más probablemente que está infracontada en las de sus vecinos. En cualquier caso, la variante ya está en una mayoría de las naciones del continente.
No cabía esperar nada demasiado distinto, dada la capacidad mostrada por delta para resultar más contagiosa.
Es esta habilidad la que le habría permitido hacerse fuerte en el Reino Unido o la India, y ahora en varios rincones de Europa (incluida España, donde el 72% de las muestras reportadas a GISAID en las últimas cuatro semanas son delta), pero también en EE UU (un 68%).
Cada vez que el virus salta de un cuerpo al otro el azar tiene la oportunidad de lanzar los dados y modificar algo de su ADN, y cuando una de esas mutaciones se expanda y logra afianzarse como una variante suele ser precisamente porque muestra algún tipo de ventaja competitiva frente a sus antecesores.
“Este incremento súbito, el segundo en importancia y que provocó que tengamos más casos que al principio en México, se debe a que las variantes que están llegando, sobre todo la delta, son claramente más contagiosas”, explica Olaiz. “Eso es lo que está pasando en todo el mundo, la variante más transmisible es la que está ‘ganando’ a las otras”, agrega el especialista.
La medida específica de esa ventaja, cuánto más contagiosa es delta, sigue siendo objeto de estudio.
Resulta plausible que dependa en no poca medida del contexto en que se desarrolle, y el mexicano ya ha dado pruebas de ser favorecedor al contagio.
Esto es particularmente cierto en las zonas de alta densidad urbana, o las de mayor número potencial de posibles inserciones de casos importados.
Ciudad de México cumple ambas condiciones, lo cual ayudaría a explicar el fuerte incremento de contagios que vive la ciudad. Su Secretaria de Salud, Oliva López Arellano, adelantó desde la semana pasada que delta era la “dominante” en la capital.
FUENTE: EL PAIS