POR JUAN TAVERAS HERNANDEZ.- Si por manos del diablo el expresidente Leonel Fernández volviera al poder, este país habrá que cerrarlo; los hombres y mujeres decentes que aún quedan tendrán que irse, quemar las naves y huir despavoridos a donde el viento los lleve.
No se podrá vivir porque los depredadores, los buitres del erario, se llevarán hasta las migajas de los mercados públicos.
Ahora con más fuerza y voluntad porque saben cómo hacerlo, experiencia les sobra; solo tienen que repetir la hazaña de los primeros 12 años de gobierno, de las sobrevaluaciones de todas las obras del Estado, (túneles, elevados, puentes, carreteras, avenidas, el Metro de Santo Domingo que parió “el metrico” de la avenida Tiradentes, escuelas, parqueos, la UASD, caminos vecinales, edificios públicos en todo el territorio, el Palacio de Justicia, la Suprema Corte, etc.
No hubo, en los gobiernos del PLD, sobre todo en los que encabezó Leonel Fernández, obras que no fueran sobrevaluadas en más de un 30%, según una investigación realizada por una prestigiosa empresa norteamericana).
No podemos olvidar, por supuesto, el “peaje sombra”, el Programa Eventual Mínimo de Empleo, “PEME” (“pagar para no matar”, donde se malgastaron miles de millones de pesos entregados graciosamente a la juventud, para evitar protestas; el pago de 30 millones de dólares a la Sun Land sin que mediara el Congreso como manda la Constitución, creando el “crespón negro” de la Suprema Corte de Justicia de Jorge Subero Isa, el oneroso contrato de la Barrick Gold, (98 para la empresa canadiense, 3 para el Estado dominicano), el regalo de Sans Souci por 39 millones de dólares, algo insólito, la privatización y venta de todas las empresas del Estado, incluyendo el Consejo Estatal del Azúcar, a precio vil, (uno de los mayores actos de corrupción y saqueo de la historia del país), el endeudamiento externo, los déficit presupuestarios creados para imponer a Danilo Medina como presidente, que siguió sus pasos a través de la corporación del partido hegemónico llamado PLD, creado para desfalcar y quebrar el Estado entregándoselo al gran capital nacional y extranjero en complicidad con los líderes y dirigentes de la organización que salieron del poder convertidos en reyes y reinas.
No olvidar, ni dejar de señalar -no puedo- la creación, desde el Palacio Nacional, de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) con recursos del Estado “entregados voluntariamente” por suplidores de Obras del Estado y empresarios vinculados al Estado. (Un hecho inverosímil, sin consecuencia; en cualquier otro país del mundo) FUNGLODE es un patrimonio del pueblo dominicano, es, como dice Guillermo Moreno, a quien me gustaría ver, no como senador de la República, sino como Fiscal o Procurador, porque no me cabe dudas de que otra suerte estarían corriendo los expedientes de corrupción.