Cap-Haitien, Haití.- Las honras fúnebres del presidente Jovenel Moise en el norte del Haití se desarrollaron en medio de protestas moderadamente violentas en el centro de la ciudad, escenario en el que las barricadas en llamas marcaron la víspera de su entierro.
Mientras algunos ciudadanos haitianos mostraban carteles con mensajes de solidaridad y despedida, otros reclamaban una investigación que alcance a los verdaderos responsables del magnicidio.
El ambiente en Cap-Haitien, la principal ciudad del norte haitiano, se fue calentando en los últimos días y la chispa se prendió a primeras horas de la tarde, después de que los partidarios más fanáticos del mandatario entrasen en la catedral para agitar el ambiente antes y durante la homilía.
Nadie se inmutó por el elevado tono de los que clamaban justicia o por los lamentos de algunos de los presentes, que dieron rienda suelta a su histrionismo mientras se leía la palabra de Dios y se elevaban cánticos por el alma del mandatario.
A las diez de la mañana se inició una misa en la Catedral de Notre Dame que contó con la presencia de algunos líderes políticos locales, pero en la que, pese a lo esperado, no estuvieron los familiares directos del mandatario malogrado hace quince días en su residencia de Puerto Príncipe. Con una asistencia reducida, los feligreses combinaron cantos religiosos con gritos y reclamos. Un joven que no se identificó argumentó que en la tradición haitiana si alguien es asesinado, su familia buscaría vengarle quitándole la vida y enterrándole el mismo día que a la víctima.
En la homilía, escuchada con atención por los presentes, el padre Sem Jean Gilles rechazó el crimen que sume a Haití en una crisis de dimensiones desconocidas y pidió a los fieles prudencia. “Es un crimen de odio. Necesitamos coraje para seguir con el país pues hemos visto demasiada sangre. Venimos con el corazón lleno de tristeza pero lleno también de esperanza. Hagamos cómo Jesús y no actuemos con venganza, actuemos con justicia. Vamos a cambiar ese sentimiento en nuestro corazón”.
Esa misma masa de personas que reclamó con ímpetu “¡Justicia para Jóvenel!” y salió a las calles de la histórica localidad, encendió gomas y reclamó a la policía una vez más ser parte de la trama que segó la vida del exmandatario. En algunos momentos se escucharon disparos aislados. Los manifestantes defendieron el derecho que tienen de hacerse sentir ante la respuesta aún imprecisa e inverosímil de quiénes conspiraron para “llevarse a un hijo del gran norte”, como le llaman aquí.
Las calles de Cabo Haitiano albergan el sentir de un pueblo que sabe ha sido herido por el asesinato de un miembro de su ciudad, pero que aunque no renegó de su origen humilde sí desatendió los reclamos de su población. “Durante años pedimos que asfaltaran las calles y nunca lo hicieron. Ahora que está muerto, las autoridades deben hacerlo con premura para que vengan visitantes a darle el último adiós”, nos confiesa un joven delgado que prefirió no participar de los homenajes que se llevaron a cabo en la plaza de armas.
Tensión acumulada
En la víspera, un joven que iba a bordo de una motocicleta murió por un impacto de bala en el barrio de Quartier-Morin, situado entre Cabo Haitiano y el pueblo natal de Moïse. Periodistas de agencias internacionales vieron el cuerpo de un hombre que según testigos fue asesinado durante protestas organizadas por hombres armados que bloquearon los caminos con grandes piedras y neumáticos en llamas.
La agenda oficial estima que en la madrugada trasladarán el cadáver del mandatario asesinado a la Village SOS, como se conoce a la residencia familiar de Moise, y que tras la llegada de sus familiares, les acompañen el primer ministro recién designado, Ariel Henry; así como también representantes de organizaciones de la sociedad civil, diplomáticos y miembros del Poder Legislativo.
La ceremonia de homenaje que se realizará este viernes -y que ha dicho la primera dama, Martine Moise, correrá por cuenta de la familia- comenzará con palabras del reverendo Occide “Père Sicot” Jean, a quien se le recuerda por oficiar la misa fúnebre de Jean-Claude ‘Baby Doc’ Duvalier en 2014. En el programa se establece también que el acto de homenaje concluirá aproximadamente a la una de la tarde con palabras de la primera dama, quien según se ha visto en apariciones recientes y tras resultar herida en el ataque contra su hoy difunto esposo, permanece escoltada por agentes del FBI y de inteligencia estadounidense. Estados Unidos anunció que nombraría a Daniel Foote, un diplomático de carrera que anteriormente se desempeñó como subjefe de misión en Haití y embajador en Zambia, como su enviado especial para Haití.
Policía ha arrestado a 26 sospechos
El jefe de la Policía de Haití, Léon Charles, dijo que han arrestado a 26 sospechosos, entre ellos tres exagentes de policía y 18 exsoldados colombianos. Otros siete oficiales de policía de alto rango están detenidos, aunque no han sido arrestados formalmente. Las autoridades investigan por qué ninguno de los efectivos de la guardia de seguridad del presidente resultó herido esa noche.
KATHERINE HERNANDEZ