El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha lamentado que Jair Bolsonaro siga negando su derrota en las elecciones y que eso haya servido a un grupo de «chiflados» a comer los actos violentos del domingo en Brasilia, cuando miles de seguidores del expresidente asaltaron las sedes de los tres poderes.
«Lamentablemente el presidente que dejó el poder no quiere reconocer la derrota. Hoy todavía he visto declaraciones de él en las que no reconoce la derrota. Solo puedo considerarles un grupo de chiflados, de gente con poco sentido del ridículo», ha dicho Lula este miércoles tras una reunión con los jefes del Congreso.
«Lo que pasó hasta me gustaría no considerarlo como un golpe, hasta me gustaría considerarlo como una cosa menor, como un grupo de chiflados que todavía no entendieron que las elecciones acabaron, que aún no quieren aceptar que las urnas electrónicas son posiblemente el modelo electoral más perfecto», ha dicho.
Lula no solo ha tenido críticas para Bolsonaro, sino también para su formación, el Partido Liberal, al que ha reprochado que tras las elecciones insistiera en los ataques al sistema electoral con la publicación además de un informe cuyas conclusiones ahondan en teorías muchas veces antes desestimadas.
En ese sentido, ha recordado como el hecho de querer contentar las pretensiones de Bolsonaro ha acarreado al partido una «multa cuantiosa» emitida por el Tribunal Supremo tras la publicación de dicho informe, rechazado por los jueces.
Por último, y de cara a nuevas propuestas por los acólitos de Bolsonaro, Lula ha advertido de que «cualquier acción que contraríe» la democracia brasileña será punido dentro de los márgenes legales. «Todo el mundo tendrá derecho a defenderse, tendrá derecho a probar su inocencia, pero todo mundo será punido», ha zanjado.
Las declaraciones de Lula han tenido lugar durante un encuentro que ha mantenido con el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y el vicepresidente del Senado, Veneziano Vital do Rêgo, y otros congresistas, a quienes les ha agradecido que el Congreso aprobara su decreto para que el Gobierno asumiera las competencias en seguridad de Brasilia, tras el cese de las autoridades locales.
La intervención federal de Brasilia está prevista hasta el 31 de enero, mientras tanto será Ricardo Cappelli quien tenga las competencias de seguridad de la capital en lugar de la gobernadora en ejercicio Celina Leão, en el cargo después de que el Tribunal supremo ordenara el cese temporal de Ibaneis Rocha por omisión y connivencia con los asaltantes.
EUROPA PRESS