POR DANILO CRUZ PICHARDO.- La presente administración, desde antes de iniciar, en el período de transición, dejó claramente dicho hacia donde se dirigía y el tipo de gobierno que haría.
Todo se le entregó a los grupos oligárquicos. Es verdad que el alto costo de la vida tiene causas externas parcialmente, pero jamás en su totalidad, porque otras razones están en los conflictos de intereses, de empresarios funcionarios que se benefician cuando suben ciertos rubros agrícolas, así como cuando se registran alzas en los carburantes y en la tarifa eléctrica. No es necesario citar los ministerios.
Además, ya hay ruidos, muchos ruidos, de corrupción pública en un importante número de órganos estatales. La propia Contraloría General de la República, mediante auditorías, halló serias irregularidades en varios departamentos gubernamentales, sin que el jefe de Estado tome las medidas correspondientes en cada caso. Para colmo la directora de Ética Gubernamental, doctora Milagros Ortiz Bosch, se destapó diciendo que se trataba de hechos subsanables.
Este humilde articulista piensa que la única forma de reponer el daño es con destituciones y enviando los expedientes a la Procuraduría General de la República.
Muchos –incluyendo al suscrito— consideran que no es aconsejable ofrecer las respuestas que ameritan las damas cuando cometen un desatino, máxime cuando se trata de una señora entrada en edad, como es el caso de doña Milagros, quien en el PRD perteneció al selecto grupo de notables, que representaban Hugo Tolentino, Rafa Gamundi Cordero, Tirso Mejía Ricart y otros. Todos gozaron de un prestigio enorme, pero siempre se dice que no es como se empieza sino como se termina.
Sin embargo, al calificar al presente gobierno de malo, necesariamente, mediante un análisis detenido, hay que valorar las dos versiones del PLD de peores. Particularmente pensé que Leonel Fernández podía reciclarse y ofertar para el 2024 una gestión diferente. Nada.
El líder y seguro candidato presidencial de la Fuerza del Pueblo sigue teniendo el mismo concepto en torno al funcionario público, dato que se corrobora con la reserva que se hace de la candidatura a alcalde del municipio Santo Domingo Este, en la persona de Julio Romero. Romero es un cohete y un cohete que explotó hace mucho tiempo, pero lamentablemente hay gente que no se ubica.
Cuando un dirigente político no se ubica, por lo menos los líderes de su partido tienen que apelar a algún método para ubicarlo. Señores, ¿cómo es posible que en el municipio más grande del país la Fuerza del Pueblo no tenga algún joven o alguna dama de cierto carisma, con nivel educativo y que sepa hablar en público? Posiblemente con ese perfil hay cientos de muchachos de ambos sexos que son verdaderas minas sin explotar.
Si el presente Gobierno es malo, hay que llegar a la conclusión de que las dos versiones del PLD son peores. El doctor Leonel Fernández desde ya, cuando apenas estamos en el séptimo asalto (de doce), está tirando la toalla, al vislumbrar una segura derrota en esa localidad. “Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate”, dijo Thomas Carlyle.