«La vida con los bebés está cargada de anécdotas divertidas y graciosas. Cada pequeño es un individuo único con su propio comportamiento, sin que muchas veces haya una explicación para ello, explica Gema Magdaleno, matrona de atención primaria y asesora de Chicco.
Agrega que algunos bebés son tremendamente exigentes, otros sienten apego hacia ciertos objetos o tienen costumbres inexplicables, comportamientos curiosos y ciertas ´manías´.
Algunas de las frases que repiten los padres de niños pequeños y que reflejan las situaciones complicadas, aunque divertidas, que se producen en relación con el uso del chupete, son, según Magdaleno:
- «¡Socorro!. Se ha roto el chupete, al bebé le gusta solo ese modelo, y no tenemos otro igual».
- «Por la noche no podemos descansar. Se le cae el chupete de la boca, se despierta, no lo encuentra y llora».
- «Tiene un chupete que está gastado, pero no hay manera de sustituirlo por otro. Solo quiere ése…».
- «Duerme con dos chupetes. Uno se lo pone en la boca, y con el otro se frota la nariz».
- «Incluso cuando está comiendo, está con el chupete en la mano.»
- «Tiene ya ocho meses, pero le sigue gustando el chupete de recién nacido».
- «Utiliza un chupete con forma anatómica, pero lo da la vuelta y se lo pone al revés».
«La vida con los bebés está cargada de anécdotas divertidas y graciosas. Cada pequeño es un individuo único con su propio comportamiento, sin que muchas veces haya una explicación para ello. Unos son tremendamente exigentes, otros sienten apego hacia ciertos objetos o tienen costumbres inexplicables, comportamientos curiosos y ciertas ´manías´», según explica.
Más allá de las anécdotas, cuya lista sería interminable, Magdaleno advierte que «existen numerosos mitos sobre el chupete, que generan incertidumbre sobre si su uso diario es realmente sano para el bebé y, de hecho, muchos padres lo consideran un hábito que debe eliminarse lo antes posible».
Esta experta reconoce que el uso del chupete es objeto de controversia en el ámbito de la crianza. Por ejemplo, algunos padres conceden credibilidad a ciertos mitos, como los de que este elemento podría perjudicar de distintas maneras la salud o el desarrollo del bebé, lo cual les provoca incertidumbre.
Esta matrona describe el uso correcto del chupete y desmonta sus principales mitos, respondiendo a algunas de las preguntas más habituales de los padres sobre este elemento «perfecto para ayudar a reducir el llanto y mejorar el estado de alerta de los bebés, facilitando que concilien el sueño y tengan más probabilidades de calmarse», según explica.
¿Cuáles son los beneficios del chupete?
Según Magdaleno, «la succión es un reflejo imprescindible para la supervivencia del recién nacido, por lo que usar el chupete le ayuda a conciliar el sueño con facilidad y a calmar el dolor o las molestias (especialmente si no es amamantado); así como a relajarse cuando está nervioso».
¿Es malo para los dientes del bebé?
«Aunque el uso muy prolongado del chupete puede afectar negativamente al crecimiento de los dientes del bebé, algunas investigaciones sugieren que su utilización adecuada puede ayudar a prevenir las caries y a reducir el riesgo de problemas dentales en la infancia», señala Magdaleno.
¿Aumenta la propensión a contraer infecciones de oído?
«No hay evidencia sólida de que el uso del chupete sea un factor de riesgo importante para las infecciones de oído en los bebés, que, en realidad, son causadas por bacterias y virus, y cuyo desarrollo puede estar relacionado con muchos factores, como la exposición a los gérmenes y la genética«, explica la matrona.
¿En qué intervalo de edad puede usarse el chupete?
«Lo ideal es introducirlo cuando el bebé lactante succiona correctamente y gana peso, y la madre no presenta grietas, dolor en el pecho ni otra situación anormal. No hay un momento establecido para el comienzo del uso del chupete, sino que debe valorarlo un profesional», apunta.
«Si el bebé es alimentado con leche de fórmula, el chupete puede ser introducido en cualquier momento, desde el primer día», señala.
«Los especialistas coinciden en que el chupete debe estar retirado antes de los dos años de edad y en que, a partir del primer año, debería reducirse progresivamente su tiempo de uso, dejándolo solo para dormir, para no perjudicar el desarrollo de la dentición ni crear una dependencia excesiva«, de acuerdo a Magdaleno.
¿Qué situaciones se deben evitar?
Además de «no introducir el chupete si la lactancia no está correctamente instaurada», esta matrona efectúa las siguientes recomendaciones a los padres:.
- El chupete nunca puede sustituir tomas de pecho o de leche de fórmula, puesto que ello podría perjudicar la nutrición del bebé, ni utilizarse para calmar al bebé cuando llora por hambre o sed, ya que en ese caso lo correcto es alimentarle e hidratarle.
- Se deben utilizar chupetes con forma anatómica, de tamaño adecuado para la edad del niño, y que no produzcan deformidades en su boca.
- Cuando el bebé comience a gatear o desplazarse, hay que evitar que lleve el chupete colgado, puesto que lo arrastrará y se lo llevará sucio a la boca, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones.
¿Cómo se puede facilitar la retirada del chupete?
Magdaleno considera que «lo mejor es retirarlo progresivamente a partir del año de vida, distrayendo al niño con otras actividades o elementos que lo calmen o entretengan», para lo cual ofrece los siguientes consejos:
- Evitar que el niño lleve tenga el chupete cerca o lo lleve colgado, para que así le resulte menos accesible.
- Si el bebé se duerme con el chupete en la boca, hay que quitárselo suavemente cuando esté profundamente dormido, para que pase menos tiempo succionándolo.
- Sustituir el chupete por una actividad ´tranquilizadora´ a la hora de dormir, como darle un muñeco de apego (objeto que le da sensación de acompañamiento, confianza y protección), contarle un cuento, acariciarle o hacerle escuchar música relajante.
- Si a los dos años, los padres no han logrado efectuar la retirada, pueden organizar una «fiesta de despedida del chupete«, sustituyéndolo por una actividad que al niño le guste especialmente.
Magdaleno recomienda evitar los castigos, ya que al niño le resulta difícil abandonar su «querido chupete» y tiene que hacer un «pequeño duelo» al dejarlo, por lo que la paciencia y el cariño de sus padres le ayudarán a efectuar esta transición.
por Rocío Gaia.