Marginalidad trae violencia a barrios

Santiago. La carencia de servicios y falta de oportunidades para superar los niveles de miseria que le dan el calificativo de marginados a algunos barrios, inciden en los altos niveles de criminalidad y violencia.

Como ejemplo de estas carencias se puede citar el barrio Ensanche La Fe, del sector Cienfuegos, del distrito municipal Santiago Oeste, donde recientemente grupos armados ligados al narcotráfico mataron a Yesenia Sánchez, de 26 años, donde la única fuente de empleo es la recogida de metales, muchos de ellos obtenidos mediante el robo.

Pequeñas casas cercadas con hojas de zinc, con división de cartón y cobijadas de cana, son comunes en barrios improvisados y carentes de servicios básicos, que con los años han crecido a escasa distancia del vertedero de Rafey.

Para José Hernández, residente en el Ensanche La Fe, la falta de oportunidades y los niveles de pobreza en que está sumergida la barriada han contribuido en que poco a poco este se convierta en un espacio que anide delincuentes.

Pocas opciones

Según Hernández, en ese sector la mayoría vive de recoger metales, pero hasta eso anda mal, porque el negocio ha disminuido de manera significativa en los últimos tiempos. En tanto que Adalgisa Peña dijo que sobrevive de la caridad, no tiene trabajo, pero requiere tratar varios problemas de salud. “Yo sobrevivo por la obra de Dios, tengo que comprar medicinas, comida, pero no tengo nada”, dijo.

Entre las principales quejas de los comunitarios de este sector figuran el deterioro en que se encuentran sus calles, donde transitar resulta una odisea. En su visita reciente, el presidente Luis Abinader dijo que su gobierno se ha empeñado en mejorar las condiciones de este sector y reconoció que fue creado por las pasadas autoridades gubernamentales y el Congreso, a pesar de no contar siquiera con un cementerio.

Grupos vinculados a las drogas dominan

En La Yagüita de El Ejido, otro de los barrios de Santiago de los Caballeros con mayor índice de criminalidad, sus habitantes viven prácticamente hacinados entre callejones. Allí la miseria convive con la delincuencia y los niveles de violencia. Recientemente, grupos armados vinculados a las drogas, mataron a cinco personas que se encontraban en una fiesta callejera.

MIGUEL PONCE

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