Santiago. El departamento policial del municipio de Licey al Medio apenas cuenta con dos motocicletas para el patrullaje de una población que ronda los 45 mil habitantes y que reclama mayor seguridad ante la ola de atracos y robos.
La única camioneta con que cuenta está dañada y con los neumáticos ponchados, lo que imposibilita que puedan enfrentar la delincuencia.
En tan solo 24 horas, al menos diez familias o propietarios de negocios fueron violentados por integrantes de bandas de atracadores.
“La única camioneta con que contaba Licey para el patrullaje, fue llevada para Gurabo y a nosotros nos dejaron con apenas dos motocicletas”, reveló una fuente ligada al departamento policial de esa demarcación perteneciente a la provincia de Santiago.
En el caso del municipio de Puñal, ni siquiera cuenta con un departamento policial que pueda prestar atención a la seguridad ciudadana.
Asaltos sin control
La semana pasada, delincuentes armados y con insignias policiales asaltaron a varias personas en un Minimarket y despojaron de sus bienes a los que se encontraban en su interior.
Sembrando el pánico y el terror, llegaron encapuchados fuertemente armados y perpetraron un robo en el Supermarket Dago. Una mujer identificada como Anty también fue asaltada.
A bordo de una yipeta llegaron cinco individuos al establecimiento comercial y cargaron con dinero en pesos y dólares, un arma de fuego, bebidas alcohólicas y otros artículos.
En el grupo de personas asaltadas figuran Juan Pérez, José Tomás, Pilar Liriano, dueña del minimarket.
Los encapuchados lanzaron al piso a los presentes para mantenerlos bajo control. La ola de atracos mantiene intranquila a la población.
Unidad de denuncias recibe varios casos
En la unidad de denuncias y querellas del Ministerio Público, a diario acuden decenas de víctimas de la delincuencia. Una gran parte de los que acuden a denunciar, llegan de comunidades pertenecientes al municipio de Puñal. En el municipio de Puñal se han registrado aproximadamente 15 denuncias de casos de robos en los últimos días, sin que se tengan apresados
MIGUEL PONCE