Nada está claro ni nadie puede cantar victoria desde ahora

POR LUIS ENCARNACION PIMENTEL.- Una alianza bien estructurada y de buena fe entre los partidos y movimientos que conforman la oposición al gobernante PRM y al presidente Luis Abinader le habrían garantizado un mejor desempeño a nivel de alcaldías en la prueba de febrero y –ya con números y ánimos mejor situados– también les colocaba en mejores condiciones para lograr un congreso más plural y proponerse ganar el control del poder político del pais en mayo.

Pero egos y odios al más alto nivel del liderazgo opositor, y quien sabe si hasta determinados compromisos sumergidos de algunos, han pesado más que una clara vocación de poder y una unidad de acero que les ponga en la ruta del éxito en las urnas.

Con segundas intenciones o no, desde un sector de la oposición –y desde el sector oficial, que era entendible– se ha importantizado en demasía las elecciones municipales, como fue el caso del expresidente Medina, que llegó a decir que lo que pasara en febrero sería una antesala de lo que ocurriría en mayo.

Por la experiencia de diversos procesos, muchos, entre ellos el expresidente Fernández, entienden que las votaciones para escoger a alcaldes y directores de distritos no son determinantes ni marcador certero de lo que habría de ocurrir en mayo con las elecciones generales para elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados.

Y pese a que el porcentaje más alto registrado fue el de la gente que no se movió ni animó a votar, y de ahí podría depender el triunfo en mayo, los números dados por la JCE (PLD segundo y PRM primero) ha alentado a unos y a otros quizá hasta perderse en lo claro.

Veamos: el segundo lugar del PLD, el objetivo primario de Danilo solo ha servido para alejar la posibilidad de una alianza total de la oposición desde la primera vuelta con un solo candidato a la presidencia. Sin pensar en que les podría pesar, los partidos de oposición irán separados, con la intención de forzar a una segunda vuelta.

Se nublan y no advierten que esa decisión, contraria a lo indicado por la inteligencia y la razón, es la mayor evidencia de sus consabidos desacuerdos. Olvidan también que un PRM, alegre y con la “logística” del poder a mano, apuesta a irse en la primera.

¿Y si pasare, porque que en política nada está escrito, qué habrían ganado entonces? Cabría el cuento de Bosch, del bizco, el toro y la ventana. Porque una oposición a entrar por ventana equivocada, se arriesga a que la atrape y la cornee el bobino verdadero.

El asunto es que unos y otros tendrán que hilar fino y trabajar duro, porque –a partir de los números de febrero, con “abstención” en un porcentaje mayor– nada está claro ni nadie puede cantar victoria desde ahora con respecto a las presidenciales de mayo 2024.

Salir de la versión móvil