Ahora mismo, Naomi Osaka es por lejos una de las deportistas de las que más se hablará en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Es la deportista femenina mejor pagada del mundo, una superestrella del tenis y representa a Japón, lo que la convierte en una fuerte aspirante a medalla para el país anfitrión.
Pero, por supuesto, sucedió lo que se produjo apenas dos meses antes al inicio de las justas de verano.
En mayo, poco antes del inicio del Abierto de Francia, Osaka — la número dos del ránking y dueña de cuatro títulos de Grand Slam en cancha dura, la superficie que se utilizará en Tokio — anunció que no hablaría con la prensa en Roland Garros, argumentando que esas interacciones le generaban ansiedad.
Después de ganar en la primera ronda, optó por no asistir a la conferencia de prensa obligatoria.
Osaka recibió una multa de 15.000 dólares y — sorprendentemente — reprendida públicamente por los directivos de los torneos de Grand Slam, que aseguraron que podrían suspenderla si evitaba a la prensa.
Al día siguiente, Osaka se dio de baja del Abierto de Francia para tomarse un descanso por salud mental y relevó que lidiaba con depresión.
Tampoco acudió a Wimbledon por lo que los Juegos de Tokio marcarán su regreso a las competencias. Es una cita trascendental para Osaka, quien nació en Japón, de madre japonesa y padre haitiano (cuando tenía 3 años su familia se mudó a los Estados Unidos, en donde aún vive).
“Los Juego Olímpicos son un momento especial, cuando el mundo se junta para celebrar el deporte. Lo que más espero es poder estar con los atletas que han esperado y entrenado por más de 10 años, celebrar un año muy difícil (2020) y que eso suceda en Japón, lo hace aún más especial”, escribió Osaka en entrevista por correo tras ser seleccionada como la Deportista del Año de la AP 2020. “Es un país especial y hermoso, lleno de cultura, historia y belleza. No puedo estar más emocionada”.
El otro tenista japonés que se encuentra entre los mejores del mundo, Kei Nishikori, fue subcampeón del Abierto de Estados Unidos en 2014 y medallista de bronce en Río 2016.
“Estoy esperando poder jugar en casa y no sé si habrá o no (mucha) presión”, dijo Nishikori. “Pero espero poder enfrentarlo bien”.
QUIÉN FALTA
A diferencia de otros deportes, los Juegos Olímpicos no son la cita cumbre del tenis, que cuenta con cuatro torneos de Grand Slam.
Eso y la preocupación por el COVID-19, ciertamente contribuyó a que algunos jugadores decidieran saltarse el viaje —así como las lesiones, en algunos casos, como la de la puertorriqueña Mónica Puig, medallista de oro en el 2016.
Serena y Venus Williams, que suman nueve medallas de oro, no estarán participando. Tampoco Rafael Nadal, quien tiene dos. Roger Federer, Simona Halep, Dominic Thiem y Stan Wawrinka están entre otros campeones de un Slam que no asistirán a Tokio.
DJOKOVIC
Para todo lo que ha logrado Novak Djokovic, los 20 títulos de Grand Slam y la mayor cantidad de semanas como el número 1 del mundo, el serbio tiene como asignatura pendiente el oro olímpico en el tenis individual. Djokovic ganó bronce (en Beijing 2008) y perdió a las primeras de cambio ante el argentino Juan Martín del Potro (en Río 2016). Pero después de coronarse en Wimbledon, Djokovic puso en duda su presencia en Tokio al expresarse desanimados por las restricciones que se deberán acatar durante las justas.
MURRAY DEFIENDE
Andy Murray ha pasado por mucho, con dos cirugías de cadera y una serie de lesiones, desde que se convirtió en el primer tenista con múltiples oros olímpicos tras ganar en 2012 y 2016. En este momento se ubica fuera de los mejores 100, pero su éxito en el pasado, incluyendo tres trofeos de Grand Slam, le merecieron un lugar especial en Tokio con el equipo británico.
“Espero que el cuerpo aguante”, dijo.