POR NARCISO ISA CONDE.- El patrón de “reforma” policial que EE. UU. quiere imponer en países subordinados como éste, apelando a instrumentos tipo USAID, CIA FBI y sus Fundaciones, está orientado a la reproducción de modelos neofascistas técnicamente modernizados, como los de Chile y Colombia; caracterizados por su alta criminalidad.
Oficiales colombianos están aquí hace años y tienen responsabilidad en las fechorías desplegadas por la PN; mientras la Escuela de Carabineros chilenos ha jugado un papel destacado en la formación de sus oficiales. Ahora se trata de darle a ambas más relevancia en materia de asesoría y reestructuración, por expresa recomendación de USAID y bajo el nefasto influjo de su financiamiento.
En tanto recomendaciones de USAID son órdenes, vale que el pueblo dominicano conozca algunos resultados de las Policías que han sido seleccionadas para lo que el presidente Abinader llama “transformación policial”.
El diario estadounidense The New York Times afirmó recientemente que “en Chile protestar cuesta un ojo de la cara” y relató cómo disparaban los Carabineros perdigones a los ojos de manifestantes, causando múltiples lesiones, inclusive ceguera. Culpados de seis muertes, 6,300 arrestos y 2,400 hospitalizaciones.
Ese cuerpo policial está marcado por el escándalo “Pacogat”, malversación de fondos públicos catalogada “el mayor fraude de la historia de Chile». Se robaron 28,300 millones de pesos chilenos durante la gestión de su exdirector, general Eduardo Gordon.
Los carabineros mantienen su imagen y su práctica criminal, reiterada durante el reciente “estallido social” chileno. Su actual Director se reunió en días pasados con Abinader y Chu Vásquez para consolidar compromisos contraídos.
Pero la policía colombiana no se queda atrás. Veamos: en febrero de 1992 ejecutó la Masacre de Villatina-Medellín, asesinando 8 niños y un joven de 19 años; en septiembre del 1996, en Mondoñedo, a cargo de agentes de la Unidad DIJIN, secuestró, torturó y asesinó 4 estudiantes de la Universidad Distrital Francisco Caldas en el barrio Salitre. Sus cuerpos fueron incinerados en un basurero.
Además, el 4 de diciembre del 2020, ventidos de sus miembros fueron capturados por nexos con bandas criminales dedicadas al tráfico de drogas y robos; y durante los recientes paros nacionales, se registraron 1,181 casos de abuso policial y 26 víctimas mortales, según entidades de entero crédito.
Esas, entre otras -como las heredadas de la dependencia en Honduras y México- son las policías exaltadas por Abinader y el jefe de Finjus y “comisión transformadora-PN”, Servio Tulio Castaños. No desliguemos esto de APPS, privatizaciones, endeudamientos, carestía, saqueos mineros, coloniaje… y posibles rebeldías.