San Francisco de Macorís.– Con el lema “No queremos más Loharas”, familiares de la joven asesinada Lohara Estefany Tavárez Rosario, junto a ciudadanos y colectivos sensibilizados, convocaron una serie de actividades como respuesta a la más reciente solicitud de libertad condicional presentada por María Magdalena Marizán Flores, condenada por su participación en el crimen ocurrido en noviembre de 2009.
Las acciones iniciarán el domingo 8 de junio a las 9:00 de la mañana con la caminata “Caminando por Lohara”, desde la calle Duarte esquina Libertad hasta las oficinas de Telenord. El lunes 9 de junio a las 7:00 de la noche, se celebrará la vigilia “Una luz para que no hayan más Loharas”, en el mismo lugar. El martes 10 de junio a las 9:00 de la mañana, se desarrollará la audiencia del caso en el Palacio de Justicia de San Francisco de Macorís.
Lohara tenía apenas 18 años y acababa de cumplir los 19 cuando fue interceptada, golpeada, raptada y brutalmente asesinada. El informe forense reveló una secuencia de torturas que estremeció a todo el país: mutilaciones intencionales, heridas profundas, perforaciones con objetos punzantes y golpes en la cabeza que le fracturaron el cráneo. Según el testimonio de su madrastra, Bélgica Abreu, la joven fue sometida a un sufrimiento inhumano antes de ser finalmente asesinada mediante estrangulamiento, mientras se encontraba atada de pies y manos, totalmente indefensa.
“Sus pechos fueron cortados con tijeras, sus pezones grapados, su cuello agujereado con destornilladores, su cuerpo taladrado con agujas, su cabeza destrozada contra el piso. Fue un maltrato sin piedad”, narró Abreu. “No fue una muerte cualquiera, fue una muerte sin igual por el fondo y la forma en que ocurrió. Treinta años es poco para un caso como este.”
En 2012, el tribunal condenó a Marizán Flores a 30 años de prisión, aunque por las disposiciones del sistema penal, la condena efectiva fue de 20 años, de los cuales ya ha cumplido más de 14. Las reiteradas solicitudes de libertad condicional han sido motivo de profunda indignación para la familia, que considera insuficientes los requisitos que la condenada ha presentado para optar por el beneficio.
“La sociedad no ha visto todavía el certificado de compasión y empatía de quien pide volver a las calles. ¿Dónde quedan los valores fundamentales?”, cuestionó Abreu. “Las leyes débiles son un obstáculo para que se haga verdadera justicia. No queremos más Loharas, no más familias destrozadas por hechos tan desgarradores como este.”
El colectivo que impulsa estas actividades apela a la conciencia del poder judicial y de la sociedad dominicana. “Confiamos en jueces con sólida formación jurídica, sentido común y conciencia despierta. Este caso debe marcar un precedente. Es único, particular y diferente. Esperamos una respuesta que no solo haga justicia por Lohara, sino que sirva de ejemplo ante una problemática social que aún nos lacera.”