La ciudad de Nueva York amenazó con confinar a la población de varios barrios de judíos ultraortodoxos en medio de un importante repunte de los casos de coronavirus y del aparente rechazo de muchos a usar mascarillas o mantener el distanciamiento social.
Según The New York Times, funcionarios municipales comenzaron este viernes a llevar a cabo inspecciones de emergencia en escuelas religiosas y otros puntos de estos barrios, situados principalmente en el sur del distrito de Brooklyn, y a trasladar ese mensaje.
El Ayuntamiento, además, ha movilizado recursos para aumentar el reparto de mascarillas y el acceso a pruebas de la COVID-19 en esas zonas, donde el porcentaje de test positivos ha subido recientemente a entre el 3 y el 6 %, muy por encima de la tasa alrededor del 1 % del conjunto de la ciudad.
Nueva York tiene previstas medidas en caso de que ese porcentaje llegue al 3 % en toda la urbe, lo que implicaría el cierre de las escuelas públicas.
«Si no se hace lo que se debe, tendremos que establecer una situación de confinamiento como ha ocurrido en Israel», ha señalado el doctor Mitchell Katz, jefe de los hospitales neoyorquinos a los residentes de estos barrios.
Una medida de este tipo sería la primera gran marcha atrás en la reapertura de Nueva York, que ha ido recuperando muy poco a poco la normalidad tras haber sido la pasada primavera uno de los grandes focos del virus a nivel mundial.
El movimiento en estas zonas ultraortodoxas llega a pocos días del Yom Kipur, la fiesta más sagrada en el calendario judío, y está alimentando la desconfianza de la comunidad hacia las autoridades municipales, según medios locales.
Este viernes, funcionarios de salud se vieron obligados a acortar una conferencia de prensa que llevaban a cabo en Brooklyn ante el acoso de un grupo de hombres sin mascarillas que negaban a gritos la gravedad de la situación y que les instaron a abandonar el barrio.
Las relaciones entre la comunidad hasídica -un grupo ultraortodoxo con mucha presencia en zonas de Brooklyn- han sido tensas desde el principio de la pandemia, sobre todo después de que la Policía acudiera a disolver algunos funerales y otros actos que estaban concentrando a grandes cantidades de gente en los peores momentos del coronavirus.
Según personas citadas por The New York Times, en esta comunidad han tenido mucho calado ciertas actitudes del presidente estadounidense, Donald Trump, que durante meses fue reacio a usar mascarilla y a menudo ha minimizado el riesgo del virus.
En las elecciones de 2016, Borough Park y Midwood -dos de estos barrios de mayoría judía conservadora- votaron de forma muy clara a favor de Trump, a pesar de que en el conjunto de Nueva York arrasó la demócrata Hillary Clinton.
La ciudad de Nueva York amenazó con confinar a la población de varios barrios de judíos ultraortodoxos en medio de un importante repunte de los casos de coronavirus y del aparente rechazo de muchos a usar mascarillas o mantener el distanciamiento social.
Según The New York Times, funcionarios municipales comenzaron este viernes a llevar a cabo inspecciones de emergencia en escuelas religiosas y otros puntos de estos barrios, situados principalmente en el sur del distrito de Brooklyn, y a trasladar ese mensaje.
El Ayuntamiento, además, ha movilizado recursos para aumentar el reparto de mascarillas y el acceso a pruebas de la COVID-19 en esas zonas, donde el porcentaje de test positivos ha subido recientemente a entre el 3 y el 6 %, muy por encima de la tasa alrededor del 1 % del conjunto de la ciudad.
Nueva York tiene previstas medidas en caso de que ese porcentaje llegue al 3 % en toda la urbe, lo que implicaría el cierre de las escuelas públicas.
«Si no se hace lo que se debe, tendremos que establecer una situación de confinamiento como ha ocurrido en Israel», ha señalado el doctor Mitchell Katz, jefe de los hospitales neoyorquinos a los residentes de estos barrios.
Una medida de este tipo sería la primera gran marcha atrás en la reapertura de Nueva York, que ha ido recuperando muy poco a poco la normalidad tras haber sido la pasada primavera uno de los grandes focos del virus a nivel mundial.
El movimiento en estas zonas ultraortodoxas llega a pocos días del Yom Kipur, la fiesta más sagrada en el calendario judío, y está alimentando la desconfianza de la comunidad hacia las autoridades municipales, según medios locales.
Este viernes, funcionarios de salud se vieron obligados a acortar una conferencia de prensa que llevaban a cabo en Brooklyn ante el acoso de un grupo de hombres sin mascarillas que negaban a gritos la gravedad de la situación y que les instaron a abandonar el barrio.
Las relaciones entre la comunidad hasídica -un grupo ultraortodoxo con mucha presencia en zonas de Brooklyn- han sido tensas desde el principio de la pandemia, sobre todo después de que la Policía acudiera a disolver algunos funerales y otros actos que estaban concentrando a grandes cantidades de gente en los peores momentos del coronavirus.
Según personas citadas por The New York Times, en esta comunidad han tenido mucho calado ciertas actitudes del presidente estadounidense, Donald Trump, que durante meses fue reacio a usar mascarilla y a menudo ha minimizado el riesgo del virus.
En las elecciones de 2016, Borough Park y Midwood -dos de estos barrios de mayoría judía conservadora- votaron de forma muy clara a favor de Trump, a pesar de que en el conjunto de Nueva York arrasó la demócrata Hillary Clinton.
EFE