NUEVA YORK.- Las fuerzas de seguridad de Nueva York han arrestado a 127 personas y se han incautado de una gran cantidad de fuegos artificiales como parte de los esfuerzos de las autoridades de la ciudad de acabar con el uso ilegal de estos artículos, que se disparó en la Gran Manzana hace un mes.
“La mayoría de las investigaciones han estado siguiendo el transporte de grandes cantidades de fuegos artificiales procedentes de Pennsylvania y otros estados llegando hasta Nueva York, que han sido parados en la frontera, donde se les ha arrestado”, dijo en una rueda de prensa el sheriff de la ciudad de Nueva York, Joseph Fucito.
Las declaraciones de Fucito, que señaló que se han decomisado una cantidad de fuegos artificiales equivalente a dos contenedores, se producen después de que el pasado mes de junio se registraran constantes explosiones de estos artefactos en los cinco distritos de la ciudad de Nueva York, lo que obligó a la formación de un grupo de trabajo para tratar de atajar este problema.
Este grupo se ha estado centrando en las personas que estaban llevando a la ciudad los fuegos artificiales, en lugar de en las personas que los estaban detonando en las calles, aseveró Fucito.
El representante de las fuerzas de seguridad también habló de cómo los ciudadanos de Nueva York deben interactuar con sus vecinos a la hora de solicitar que dejen de detonar los fuegos, después de que una mujer fuera asesinada a tiros en Brooklyn después de pedir a unos residentes que no lo hicieran cerca de niños de corta edad.
“Cada situación es diferente”, aseveró Fucito. “Si es tu vecino y le conoces y te sientes cómodo hablando con él, no creo que haya problema en dialogar. Si se trata de un completo extraño y no tienes una relación con esa persona, y crees que se trata de una amenaza a la seguridad pública, puedes llamar a la policía”, concluyó.
Hace poco menos de un mes, la Alcaldía de Nueva York creó un equipo policial para investigar y aplicar “mano dura” a los vendedores, distribuidores y propietarios de fuegos artificiales ilegales ante su notable proliferación durante el mes de junio, lo que provocó numerosas quejas a los servicios de emergencia por el ruido de las explosiones.
El jefe de la Policía, Dermot Shea, indicó entonces que el uso de fuegos artificiales ilegales se había disparado “como un cohete este año”, lo que dijo había “dañado la calidad de vida” de los barrios neoyorquinos, en los que noche tras noche hasta bien entrada la madrugada se veían los fuegos de colores en el aire y se escuchan los petardos.
Según el diario local New York Post, el número de quejas al teléfono 311 desde principios de junio hasta el día 21 ascendía a 8.967, lo que supuso un aumento de casi el 32.000 % en comparación con las 28 quejas registradas en el mismo periodo del año pasado.