NUEVA YORK.- Hace poco más de una década el dominicano Carlos Méndez llegó a Nueva York junto con su esposa y dos hijos.
Dejó su trabajo como bodeguero en Constanza, República Dominicana, para probar suerte en Estados Unidos.
No tenía papeles ni un trabajo seguro, pero si la meta de lograr el sueño americano. Y lo logró.
Ahora, este inmigrante es dueño de cuatro restaurantes en Nueva York, donde emplea a unas 80 personas.
Carlos relata su historia de lucha para poder conseguir su patrimonio y abrirse paso en la Gran Manzana.
“Ser indocumentado no es obstáculo”
Cuando llegó a Nueva York, Méndez comenzó como lavaplatos en un restaurante y junto con su familia tuvo que vivir en una pequeña habitación.
“Nunca perdí la esperanza de tener mi propio negocio. Yo trabajé en lo que llaman la freidora, trabajé fregando platos”, recuerda.
Aunque más de una vez le cerraron las puertas, el dominicano no se dio por vencido y señaló que aunque era indocumentado eso no fue un obstáculo”, pues sabía que para cumplir sus sueños debía seguir trabajando.
“Llegar a este país sin saber nada de la cultura fue un poquito difícil pero no imposible”, explicó a Univisión.
“Aquí hay oportunidades , lo que tenemos es que hacer las cosas bien hechas y ser responsable de lo que uno hace. Si nos ponen a fregar, fregar bien, si nos ponen a barrer, barrer bueno que de ahí vamos escalando, venir con metas”, añadió.
Tras varios años de trabajo, logró con 5,000 dólares y la ayuda de otras personas operar su primer restaurante.
“Pude lograr que una persona creyera en mí y me facilitó un restaurante, a partir de ahí la historia es otra, ya tenemos 4 restaurantes. Estar sin papeles para mí no fue obstáculo”, señala.
Ahora Carlos ya es residente en los Estados Unidos y espera que su historia inspire a otros a lograr sus metas.
“Me siento muy agradecido con la ciudad porque me ha dado la oportunidad. Que sepan que si se puede”, afirmó.
