POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- Proporcionar “ayudas” a los necesitadas no está mal. Mejorar las pensiones a 92 mil dominicanos que recibían miseria cada mes, es mucho mejor. Entregar 4 mil millones a los cabildos, para ejecutar obras, no es mala iniciativa. Cumplir la ley que establece qué proporción del presupuesto deben recibir esas entidades, estaría mejor.
Realizar operativos médicos y de alfabetización en barrios y comunidades apartadas, no es mala iniciativa. Garantizar un eficiente servicio de salud y construir clínicas y escuelas en esos lugares, con médicos, profesores y buenos equipos, sería solución definitiva. Es decir, no basta con darle un pescado a una familia, es preferible enseñarle a pescar.
Por años, nuestros gobiernos han ejecutado una política de OPERATIVOS Y AYUDAS, que solo “alivian” los problemas a los que van dirigidos. Hemos sido testigos de operativos para llevar esquejes de yuca y habanas de batata a los productores, a pesar de tener un ministerio de agricultura responsables de proporcionar esos materiales para cada cosecha. Parece que a los funcionarios, de antes y de ahora, les hace sentir “bien” que los vean como los SALVADORES de la clase necesitada y de las instituciones en proceso de decadencia. Les gusta que les “agradezcan” esas ayudas a los más necesitados, aunque las llevan con recursos del Estado. Es por eso que, aunque los gobiernos atienden y hasta ¿resuelvan? algunos de los males que afectan una comunidad, a veces es solución momentánea. Al salir ese funcionario o ese gobierno del poder, el mal sigue INTACTO.
La actual administración, si no quiere ser como las demás, debe dejar atrás esa política. La continuidad a obras de otras gestiones es un buen ejemplo puesto en marcha. Ojalá sea el inicio del fin de una vieja política. Que operativos y “ayudas” pasen a ser cosa del pasado.